El comportamiento de las biotoxinas marinas del género lipofílico durante las últimas semanas ha sido el esperado, y como se pronosticaba en FARO cuando empezaron a producirse las prohibiciones de extracción, a estas alturas puede hablarse ya de un cierre efectivo de la producción de mejillón en Galicia. Es cierto que, de momento, quedan aún un par de polígonos abiertos en la ría de Ares-Betanzos, pero también lo es que se trata de algo casi testimonial, ya que apenas disponen de un centenar de viveros flotantes, es decir, el 3% del total gallego.