La campaña de caballa -o xarda- en el Cantábrico, que comenzó hace dos semanas tras varios retrasos ocasionados por los temporales, ya no resulta atractiva para la mayoría de buques del cerco gallego. Los armadores descartan desplazarse hacia la zona debido a los altos costes, la baja cuota y el escaso beneficio que obtienen de las capturas. Se trata de una campaña muy limitada por del descenso de cupos del 15% anunciado por Bruselas en 2016 y la sanción por sobrepesca cometida en 2010, que este año se cobró 5.000 toneladas. Como resultado, tan solo siete buques gallegos se desplazaron al Cantábrico, cuando en los últimos años llegaron a subir hasta una treintena.

El presidente de la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga), Juan José Blanco, informa de que solo dos barcos de la asociación -que en estos momentos agrupa unos 90- se encuentran faenando en aguas del País Vasco y Cantabria. Blanco achaca esta situación a que los barcos que forman Acerga son de "poco porte" y tienen una cuota "escasa". "Cada uno de los dos que subieron tiene unos 40.000 kilos de cuota. Eso en condiciones normales no es ni una semana de trabajo", explica Blanco, que añade que con menos de 10.000 kilos al día "no es rentable" desplazarse, ya que los gastos son numerosos y la xarda nunca pasa de los 80 céntimos por kilo.

De la asociación Cerqueiros Galegos (Cergal), que aglutina una veintena de buques, hay cinco que decidieron desplazarse hasta el noreste debido a su mayor tamaño y cuota. Su vicepresidente, Gonzalo Pérez, indica de que el balance para estos barcos es positivo, aunque coincide en que la falta de cupos los lastra. "Descargaron bastante xarda esta semana, entre 6.000 y 10.000 kilos por día, a un precio de 70 u 80 céntimos por kilo" explica Pérez, que además indica que se trata de ejemplares "grandes" y que se encuentran "cerca" de la costa.

De los buques que antaño viajaban al Cantábrico, buena parte de ellos lo formaban barcos vigueses. "Antes salíamos a finales de febrero y estábamos hasta San Juan, pero ya no compensa", explica José Manuel Saavedra, presidente de la Asociación Provincial de Armadores de Buques de Cerco de Pontevedra (Cerco). En su experiencia, "además de que no hay cuota", atribuye también la falta de buques gallegos en la zona a la ausencia de "permisos para faenar en aguas interiores".

Por otro lado, tanto Acerga como Cergal exigen que se condone la sanción por sobrepesca impuesta por Bruselas en 2010, cuando la flota superó un 80% la cuota de caballa, y que pagará hasta 2023. Esta sanción supone una reducción de 5.000 toneladas de la cuota total de 2016 -33.000 toneladas-. "Fue un error de contabilidad del Gobierno, cuando ordenaron cerrar la pesquería muchos ya se habían pasado", asegura el portavoz de Acerga, Andrés García. "Tienen que condonar esa deuda y dejarnos trabajar", añade Pérez.