Para entender lo difícil que resulta conseguir la unidad del sector mitilicultor gallego basta con referirse a lo sucedido en los últimos años con la DOP Mexillón de Galicia, que nació como el gran revulsivo que precisaba la producción y sigue inmersa en un mar de dudas y sin apoyos suficientes.

En 2010 el TSXG anulaba el reglamento de Mexillón de Galicia y suspendía la aplicación de la Denominación de Origen Protegida (DOP). Las reacciones no se hicieron esperar y Anfaco instaba a la Xunta a derogar dicha norma. Así, ya se explicó entonces en FARO que el marchamo de calidad corría serio peligro, y tras infinidad de reuniones, disputas internas en diferentes agrupaciones productoras y todo tipo de descalificaciones, la Consellería do Mar reunió a los bateeiros y, aún mostrando su apoyo a la DOP, les exigió una postura de unidad que ellos se negaron a asumir. Desde la Administración se instó al Consello Regulador a redactar un nuevo reglamento para la DOP, pero tampoco se hizo.

"Hay que hacer un reglamento que convierta a Mexillón de Galicia en una herramienta útil", proclamaba la conselleira Rosa Quintana hace más de un lustro, mientras que Francisco Alcalde respondía en 2011 atacando a Anfaco y acusando a sus dirigentes de tener "intereses ajenos a Galicia", que es algo que repitió la semana pasada. En 2013 el Supremo ratificaba el fallo del TSXG y en 2015 el renovado Consello Regulador se comprometía a redactar un nuevo reglamento de la DOP del que nunca más se supo.