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Las consecuencias de "El Niño"

Los armadores gallegos se plantean amarrar ante la nefasta campaña de pota argentina

Faenan hasta tres toneladas diarias frente a las 30 habituales -La falta de materia prima dispara los precios un 140% -La captura de cefalópodos es crítica en todos los caladeros

Los puertos pesqueros de Argentina descargaron en enero 45,2 toneladas de pota (illex argentinus). Es un mes de poca actividad porque la campaña nacional arranca en febrero, pero contrasta con las 131,1 toneladas de 2014 y las 130,6 de 2015. Y esta situación de escasas capturas continúa, con "mucha incertidumbre y ganas de amarrar" por parte de los armadores gallegos que operan en el país. Si lo habitual es un volumen de pesca de unas treinta toneladas diarias, los barcos poteros llegan a Puerto Madryn o Puerto Deseado -donde está instalado el capital gallego- con las bodegas casi vacías. "Seguimos pescando mal, con promedios de una a tres toneladas al día por barco". Fuentes del sector confían en que esta crisis remita con la llegada del otoño al hemisferio sur para que se enfríen las aguas, aunque hay empresas que inciden en que, a día de hoy, "no es rentable salir". "En función de lo que obtengan [en la próxima marea] adoptaremos las medidas pertinentes", reconocen desde Pescanova.

Las mayores pesqueras españolas, todas de Vigo, tienen presencia en Argentina: Argenova (Pescanova), Iberconsa Argentina, Pesquera Deseado (Grupo Profand) y Pesquera Cruz del Sur (participada por Fandicosta). Suman una decena de barcos poteros, a los que hay que añadir los dos propiedad de Vieirasa (operados por Newsan y Arpepa) y otros tantos de Arbumasa (Grupo Amasúa). Pero teniendo en cuenta que Argentina es el mayor proveedor de pota para la industria transformadora de pescado en Galicia, la escasez de materia prima ya ha disparado los precios, de modo que se notará en los márgenes de las empresas si éstas no lo repercuten al consumidor final. "Las capturas han ido disminuyendo y actualmente existe una falta de pota generalizada", asienten en Chapela. Otro ejecutivo vigués va más allá: "La situación de los cefalópodos es muy difícil en todos los caladeros".

Consecuencias

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El culpable es el fenómeno de El Niño, que ha elevado la temperatura de las aguas por encima del doble de los valores normales, por eso los armadores esperan que el fin del verano ayude a que se restablezcan los niveles habituales de biomasa. Los efectos de esta alteración meteorológica ya han empezado a remitir en Perú y Chile donde, por ejemplo, la viguesa Interatlantic obtiene la materia prima para hacer anillas de calamar con ejemplares gigantes (giant squid). Mientras tanto los precios se han elevado entre un 100 y un 140%, según pudo saber FARO en fuentes directas del sector. La pota entera (en valores Free On Board, FOB, en puerto) ronda en campañas normales los 1.200 dólares y a día de hoy cotiza a 2.900. En el caso de la vaina (calamar limpio y sin tentáculos), hace un año su precio rondaba los 1.750 dólares, por los 3.500 actuales.

En 2015, según los datos de Aduanas, Galicia importó 16.691 toneladas de calamar por 25,4 millones de euros, frente a las 22.364 toneladas de 2014 o las 30.585 de 2013. La campaña fue mucho mejor en Islas Malvinas -donde trabaja otra compañía de referencia como Pereira-, al pasar de las 4.667 toneladas de 2014 a las 12.236 de 2015. Pero también allí se notan las consecuencias de El Niño y los buques factoría están faenando en torno a doce toneladas diarias, la mitad de las capturas habituales. La escasez de materia prima argentina ya propició el año pasado un incremento de las importaciones de esta especie procedentes de China, con 3.481 toneladas (en 2014 fueron 1.816, y casi 1.535 en 2013). Los traders o intermediarios buscan siempre para las primeras marcas las mejores ofertas por todo el mundo, aunque la situación crítica de los cefalópodos hace inviable sortear esta vez la aciaga campaña en el Atlántico y Pacífico.

El alcalde de Mar del Plata solicita a Macri que elimine los beneficios fiscales a las pesqueras

  • El litigio entre los empresarios de Buenos Aires (al norte de Argentina) y los de las provincias de Chubut y Santa Cruz (al sur) es histórica, y algunos líderes políticos la avivan de forma periódica. Es el caso del intendente (alcalde) de Mar del Plata, Carlos Arroyo, que ha pedido que se eliminen los reembolsos por las exportaciones a las pesqueras que trabajan en el sur.Las de capital gallego están ubicadas entre Puerto Madryn (Chubut) y Puerto Deseado (Santa Cruz), y obtienen determinados beneficios fiscales como compensación por el agravio que supone estar en lugares mal comunicados y en la periferia de las mejores infraestructuras de comunicación del Estado. Desde la Asociación Argentina de Capitanes, Pilotos y Patrones de Pesca, gremio que agrupa a prácticamente la totalidad de los puestos de mando de los buques en el país, han arremetido contra Arroyo.Su secretario general, Jorge Frías, recuerta que el alcalde de Mar del Plata "asumió compromisos pre electorales de ocuparse del escandaloso trabajo en negro que impera en el puerto, el fraude en los partes de pesca y sobre todo del también vergonzoso descarte de merluza y otras especies por los barcos pesqueros de empresas marplatenses". Eso sí, los medios locales arremetieron contra un barco de Vieirasa por arrojar al mar toneladas de pescado descartado, cuando es una práctica generalizada en el sector, sobre todo en Mar del Plata.Frías, tras una asamblea con sus asociados, acordó trasladar a Arroyo que cese en sus ataques contra las pesqueras del sur y actúe "para lograr subsidios, reembolsos o los beneficios que puedan corresponderle al Puerto de Mar del Plata por legítimos derechos".

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