El Gobierno fijó 2016 como el año de la acuicultura, para darle el impulso definitivo al sector. Para ello, basaba buena parte de sus esperanzas en dos comunidades dispuestas a regular la actividad: Andalucía y, sobre todo, Galicia. La pionera (en Europa) Lei de Acuicultura finalmente no saldrá adelante según fue concebida por la Consellería do Mar, por lo que el Gobierno se ha quedado sin una de sus patas principales.

Según recoge el último número de la revista Mar de la Seguridad Social, la activación del Fondo Europeo Marítimo y de la Pesca (FEMP), así como la nueva Ley de Acuicultura en la que está trabajando el Gobierno, sirvieron como aliciente para pensar en un año clave para el sector. A estas dos claves se sumaban tanto la normativa que buscaba crear la Xunta de Galicia como un Decreto de Acuicultura en el que están trabajando en Andalucía.

La publicación especifica que la comunidad autónoma del sur del país espera poder regular la actividad en este año, logran un decreto "de consenso" con el que intentar "simplificar la burocracia y generar seguridad jurídica a los inversores en el sector".