Mariscadores de a pie y a flote en O Sarrido, Cambados // I.Abella

La conselleira do Mar, Rosa Quintana, confirma la retirada del borrador de la Lei de Acuicultura. La gran oposición del sector obliga a la Xunta a tomar medidas contundentes y retirar definitivamente el texto, lo que implica la parálisis de su exposición pública.

A estas horas, la Consellería está trasladando su decisión al sector mediante escritos donde se recoge la anulación definitiva de una normativa que despertó un profundo malestar entre marineros, pescadores y otros trabajadores del mar. Precisamente este sábado está convocada una manifestación para mostrar la oposición a la Lei de Acuicultura y para defender a los trabajadores vinculados con el mar.

Este cambio implica que no se va a realizar el trámite legislativo, que ya fue paralizado por el presidente de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, hace poco más de tres semanas. No obstante, esta medida no contentó al sector, que desde un primer momento exigió su retirada definitiva.

300 directivos

La Xunta comunica al sector del mar la anulación a través de una misiva remitida a cerca de 300 directivos del sector, a los que se envió el borrador de ley. En la carta, la consellería explica que "en el ánimo de garantizar que no se llevará a cabo ninguna labor que pueda ser entendida como contraria al propio sector" se comunica de forma oficial "la anulación del borrador de ley, su retirada de la exposición pública y la decisión de no iniciar ningún trámite administrativo o legislativo en este ámbito y con el texto propuesto".

La titular de Mar sostiene que el texto estaba a exposición pública "para ser mejorado con las aportaciones del sector".

Movilización

Precisamente durante las últimas semanas las cofradías de pescadores, agrupaciones de mariscadoras y organizaciones bateeiras que convocaron la movilización no dejaron de recibir apoyos desde todos los rincones de la comunidad autónoma. De hecho, cifraban que la movilización prevista para el sábado podría reunir hasta 30.000 manifestantes. Los grupos ecologistas también se posicionaron en contra de la medida, así como colectivos culturales, empresariales o deportivos.