El sector pesquero con buques abanderados en Francia ya no puede más. La exigencia del país galo de que los marineros enrolados en estos barcos coticen en su sistema de Seguridad Social está ocasionando graves problemas a una flota que se siente respaldada por la normativa europea. En base a ello pidieron al Gobierno y al Instituto Social de la Marina (ISM) que defendieran sus intereses. Sin embargo, los armadores califican las acciones llevadas a cabo de "desastre" después de que la en la única reunión, el pasado día 3, entre el ISM y su homólogo francés, el Établissement National des Invalides de la Marine (ENIM), los españoles "volvieran de vacío".
Cuenta de ello dieron en la última reunión con el sector (la cuarta) que tuvo lugar en Madrid. Allí, los responsables del ISM expusieron durante más de dos horas los resultados ya conocidos de la reunión de París de la semana pasada e indicaron que el próximo encuentro entre ambos países tendrá lugar en unos dos meses. "No se dan cuenta de que los barcos tienen que seguir pescando", explican fuentes del sector.
Y es que los armadores tienen el tiempo en su contra. El inspector que inició esta "caza de brujas" injustificada indicó en una de las misivas en contestación por la investigación a un barco que "la fase amigable" había terminado y que ahora "abre una investigación relativa a infracciones de trabajo ilegal". Esto quiere decir, según indica el propio inspector, que los buques que no regularicen su situación podrán ser inmovilizados durante tres meses.
Las mismas fuentes explican que todo surgió debido a un armador "que en sus cuatro o cinco barcos sí tenía a trabajadores como autónomos, algo que es ilegal". "Se vio obligado a pasar a todos al ENIM. Ahora el problema es que por el fraude de uno se perjudica al resto, cuando en realidad nuestros marineros pueden cotizar en España porque así lo recoge la normativa europea", indican desde el sector.
En total son 530 marineros pertenecientes a unos 50 buques españoles (18 de ellos de Vigo y Marín) con bandera gala. Según pudo saber este periódico, al menos tres de los barcos de esta zona ya han pasado a todos sus trabajadores al sistema francés.
