La pesquería de la sardina fue una de las más complicadas de gestionar este año debido a la escasa cuota a repartir entre las flotas españolas y portuguesas. Una situación que se agravará todavía más el próximo año de cumplirse las propuestas de los científicos, que esperan situar el tope de capturas para 2016 en 1.589 toneladas, un 90% inferior que las 19.005 de este año. No en vano, los expertos del Instituto Español de Oceanografía (IEO) señalan que el stock de esta especie "no presenta signos de recuperación", ya que calculan que la población no ha llegado ni al 10% de la cantidad que debería alcanzar en estas fechas, fijada en 180.000 toneladas.

La preocupación sobre el estado de la sardina en el Cantábrico Noroeste lo explica Pablo Carrera, responsable de la campaña Pelacus. En declaraciones recogidas en el número 553 de la revista Mar de la Seguridad Social, el experto concreta que en sus investigaciones han encontrado "una población envejecida" al no dar con juveniles. En cambio, resalta que sí están localizando una distribución "un poquito más amplia", correspondiente con la presencia de huevos.

Por otra parte, el resto de especies pelágicas observadas en la campaña Pelacus sí mostraron un buen comportamiento. Pese a la bajada de la cuota de xarda -o caballa- para el próximo año (de un 15%), la estimación de la biomasa está cifrada en unas 485.000 toneladas. Lo mismo sucede en el caso del jurel, cuyos cupos subieron un 15% y un 27% en las zonas IXa (de Fisterra al Golfo de Cádiz) y VIIIc (de Fisterra a Vizcaya) respectivamente. El stock se estimó en 90.000 toneladas, lo que significa más del doble que la anterior campaña, según citan en la publicación oficial.

En el caso del lirio -o bacaladilla- la biomasa se sitúa próxima a 30.000 toneladas, lo que se traduce en más del doble que el año pasado. Pese a todo, la cuota para esta especie bajó un 7% para el Cantábrico.

Anchoa

El Gobierno señala también que la campaña de la anchoa "ha cumplido las expectativas" y "dejó un buen sabor de boca". Si bien al sur de Fisterra la cuota para Galicia (un 1,14% del total) no fue para nada representativa, en el norte de la comunidad la pesquería tuvo "un efecto balsámico" para el cerco.

La gran cantidad de bocarte, certificada por los propios armadores, supuso unas descargas de 3.325 toneladas en los puertos de A Coruña, Burela y Celeiro.