La trucha arco iris, el principal producto de la industria acuícola continental española se salva de la caída del consumo de productos pesqueros sufrido en España en los últimos cinco años de la crisis. Frente al descenso de un kilo de consumo por persona y año entre 2010 y 2014, la ingesta de este pescado de río se incrementó en ese mismo período un 11%, lo que generó que el gasto se incrementase un 26%, según los datos revelados ayer por la Asociación Española de Acuicultura Continental (Esacua) en la presentación en A Coruña de su informe anual correspondiente a 2015.

Galicia es la segunda comunidad en producción de acuicultura continental, con un volumen de 4.034 toneladas en 2014 -los últimos datos hechos públicos por el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente-, de los que el 87% (3.500 toneladas) fueron de trucha. Es el 20% del mercado nacional, que lidera Castilla y León con 5.669 toneladas, de las 15.800 que se crían en España, y da empleo en la comunidad a unas 200 personas en unas 29 plantas. Además de trucha, España produce anguila (305 kilos en 2013) y esturión (92,6 kilos).

Luz Arregui, presidenta de Esacua -con sede en A Coruña representa al 70% de la producción acuícola en agua dulce, presente en ocho autonomías- explicó ayer que los productores han empezado a apreciar un incremento de las exportaciones de este producto, que en los últimos años se había visto afectado por la irrupción en el mercado de trucha turca a "precios irrisorios" gracias a las ayudas del gobierno de ese país. De hecho, la producción acuícola continental alcanzó en 2011 su récord histórico, con 35.000 toneladas en toda España, y desde entonces no ha hecho más que bajar.

La imposición de aranceles al producto turco por parte de la Comisión Europea ha permitido una recuperación del comercio exterior, aunque de momento Esacua carece de datos concretos que avalen la sensación de las granjas. Otro de los factores que perjudicó al sector fue el veto ruso a las importaciones de productos procedentes de España, entre otros países de la UE, EE UU o Canadá, entre otros.

Pero los acuicultores continentales tienen otros problemas, dentro de España, como es la falta de financiación y una "muy grave" disminución de fondos estatales para la promoción del pescado, por lo que ha decidido apostar por el mercado exterior. En Galicia, por ejemplo, entre el 60 y el 80% de la producción se destina a la venta a países "de los cinco continentes" donde el producto es "muy valorado" , en buena parte gracias a la buena calidad del agua de los ríos, que en su composición química y temperatura reúnen unas características muy adecuadas para el cultivo de trucha, según detalló Arregui. La industria defiende además la sostenibilidad de su actividad, que ayuda "a fijar población en el rural" y contribuye a la "recuperación de los ríos". Arregui valoró la nueva ley de acuicultura que ha empezado a tramitarse para su aprobación en Galicia. "Parece que la comunidad tendrá un marco legal más favorable, que se lleva reclamando años y que esperemos que le ayude a recuperar su producción" dijo.