Saints Julians (Malta) acoge desde hoy la reunión anual de la Comisión Internacional para la Conservación del Atún Atlántico (Iccat, por sus siglas en inglés). Sobre la mesa estarán varios temas de vital importancia para el palangre gallego, siendo uno de los principales la propuesta de un plan de gestión para la pesca de tiburón, que podría suponer la implementación de cuotas para todas las flotas implicadas en la pesquería.

La postura de España, según ha podido saber este periódico, se decanta por establecer cuota en base a las capturas de los últimos seis años. Sin embargo, no todas las asociaciones ni los países europeos comulgan con esta idea (así por ejemplo, Reino Unido quiere coger un periodo más amplio), ya que hay que tener en cuenta que la Unión Europea participa como parte contratante en un único bloque.

Así, la patronal europea Europêche apuesta por controlar las poblaciones de tiburón y marrajo. Ambas especies están en condiciones saludables desde el punto de vista biológico, ya que su biomasa está muy por encima del rendimiento máximo sostenible (RMS), y por debajo de los niveles recomendados de mortalidad por pesca. Europêche considera necesario un plan de gestión para congelar el esfuerzo pesquero, establecer reglas de control de capturas, así como el desarrollo de un plan de investigación específica que aumente la recopilación de datos sobre estas especies.

Tanto la Cooperativa de Armadores de Vigo (Arvi), incluida en la Confederación Española de Pesca (Cepesca), como la Organización de Palangreros Guardeses (Orpagu), representantes de las mayores flotas de palangre de España, apuestan sobre todo por un control de los buques que participan en la pesquería mediante un censo cerrado.

Olvidada la pretensión de extender la normativa que prohibe el cercenamiento de aletas a bordo de otros años, los armadores esperan poder incrementar también las cuotas para la pesca de atún rojo en el Mediterráneo y establecer límites en la del pez espada en esas aguas y al atún patudo en el Atlántico.