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Nuevas trabas en un caladero histórico para Galicia

La búsqueda de petróleo en Gran Sol centra casi la mitad de licencias en la zona de pesca gallega

El nuevo mapa de concesiones otorga licencias de producción y exploración a 51 grupos petroleros

Irlanda ha fracasado en los últimos cuarenta años en su intento de convertir el caladero de Gran Sol en un páramo texano dedicado a sacar petróleo del fondo del mar, pero eso no ha abortado su perseverancia. Más al contrario, la ha acrecentado con el apoyo de grupos petroleros de todo el mundo. El departamento de Recursos Naturales del Gobierno irlandés ha actualizado el mapa de concesiones de producción y búsqueda de crudo hasta el año 2024, un proyecto en el que participarán 51 grupos y alianzas empresariales de todo el mundo. La superficie total afectada por las prospecciones de primera y segunda fase -de extracción y solo búsqueda- es de 37.800 kilómetros cuadrados, según los cálculos de FARO elaborados a partir de la información oficial remitida por Dublín. A modo de ejemplo, sería como disponer de un espacio 215 veces del tamaño de la Ría de Vigo únicamente para saciar la enésima fiebre del oro donde faenan 69 barcos gallegos.

Los proyectos autorizados ocupan nueve zonas CIEM (Consejo Internacional para la Exploración del Mar). La mayor parte de las licencias están catalogadas como Frontier, con una duración "no inferior a 12 de años" para las prospecciones. Y el 40% del total, con 14.400 kilómetros cuadrados de superficie, están en la cuenca de Porcupine, la parte más rica y conocida del histórico caladero de Gran Sol. La totalidad de los proyectos autorizados en Porcupine (división VII c de la zona CIEM) están en su fase más avanzada, que es la que permite la búsqueda de hidrocarburos en aguas profundas (deepwater licenses). Para ello los buques de compañías como Exxon, Eni, Capricorn o Kosmos Energy utilizan un haz de sonido a baja frecuencia capaz de penetrar hasta cuarenta kilómetros en la corteza terrestre. Este sonido aniquila cualquier forma de vida en 500 metros a su alrededor.

El proyecto de mayor dimensión en Porcupine lo lidera la filial irlandesa del gigante Woodside Energy (Australia), que trabaja en alianza con AzEire Limited. Pueden buscar crudo a lo largo de 1.135,9 kilómetros cuadrados. Iniciaron los trabajos preliminares en marzo de 2014 pero implementarán la búsqueda de petróleo hasta febrero de 2029. Hasta 2028 operará casi en la misma zona un consorcio liderado por la firma escocesa Capricorn Energy y participado por Providence Resources, Chrysaor E&P Ireland Limited y Sosina Exploration Limited. Tienen permiso para realizar todo tipo de prospecciones para la producción de petróleo en un área de 1.133,7 kilómetros cuadrados.

La intención de Irlanda es de extender a todo Gran Sol y Mar Céltico la búsqueda de hidrocarburos, y aquí está otra de las novedades del mapa de concesiones. Las zonas CIEM del oeste de Irlanda (división VII b), suroeste de Irlanda este (VII j), y norte del mar Céltico (VII g) han sido declaradas zonas de libre disposición para las compañías que deseen comenzar prospecciones sísmicas. Muchas de las firmas son multinacionales inglesas, norteamericanas, australianas u holandesas que utilizan filiales radicadas en Irlanda para llevar a cabo las exploraciones. El impuesto de sociedades en este país es del 12,5%, por el 30% de España.

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Pesqueros y petroleros, una coexistencia que el sector critica y la Comisión aprueba

  • La coexistencia de la actividad pesquera y petrolera es defendida desde el seno de la Unión Europea. Pese a las críticas de los armadores desde el primer momento en que se anunciaron las intenciones de Irlanda de explotar sus aguas, el comisario de Pesca, Karmenu Vella, cree que los buques que faenan en Gran Sol no se verán afectados por la búsqueda de crudo. A su juicio, son dos trabajos que "pueden ir de la mano", por lo que la UE no prevé "mecanismos para compensar a los pescadores".Esta opinión, explicada esta semana en una respuesta a una pregunta parlamentaria del eurodiputado Josu Juaristi (con la mediación de Ana Miranda, del BNG), choca frontalmente con las quejas emitidas desde el sector pesquero. Los 69 buques gallegos que trabajan en la zona se sienten "acorralados" por una actividad petrolera en aumento y que, según diversos estudios, afecta de forma considerable a las especies y hábitats.Las quejas no se quedaron en declaraciones a este periódico. La Cooperativa de Armadores de Vigo (ARVI) envió un escrito al Director General de Ordenación Pesquera, Carlos María Larrañaga, para que el Gobierno tome cartas en el asunto y defienda a la flota en Bruselas. Por el momento, el efecto ha sido nulo tras consumarse las nuevas licitaciones irlandesas. Una situación que empero para los barcos gallegos, también acorralados en Malvinas y NAFO.

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