La Cooperativa de Armadores de Vigo (Arvi) ha decidido coger el toro por los cuernos. A principios de este mes, el director gerente José Ramón Fuertes envió un escrito dirigido a la Secretaría General de Pesca en la que instaba al Gobierno a crear un nuevo plan de gestión para la flota de palangre de superficie que sustituyese al anterior (cuya vigencia terminó el 31 de diciembre de 2013). La idea del sector es proponer unas medidas que la flota gallega ya viene autoimponiéndose para potenciar la sostenibilidad de este arte. Una de sus principales premisas es la necesidad de cortar con la sangría de desguaces que llevaron a la flota en alta mar a reducirse casi un 40% en los última década.
La cooperativa envió una misiva al director general de Recursos Pesqueros y Acuicultura, Miguel Ángel Corvinos, y con el director general de Ordenación Pesquera, Carlos Larrañaga, para exponer sus medidas. Arvi quiso dejar claro que los barcos españoles son los que "más esfuerzos han realizado" en toda Europa y los que "más medidas han adoptado" en busca de la sostenibilidad.
Bajo la firma de los responsables de la Asociación Nacional de Armadores de Buques Palangreros de Altura (Anapa), Claudio Fernández, y de la Asociación Provincial de Armadores de Buques de Pesca de Anzuelo y Palangre de Pontevedra (Arpoan), Diego Rodríguez, la cooperativa apuesta por estabilizar la flota. "Es difícil que se reduzcan más porque se produjo una reducción grande por el plan", explica Edelmiro Ulloa, secretario técnico de Arvi, que comenta que "las empresas que estaban en situación precaria no lo resistieron". Como principal inconveniente a día hoy -una vez recuperados los precios de especies y gasoil- sitúa la carnada, que "sigue siendo cara, sobre todo por cómo está la caballa" (las pruebas con la de plástico que se han hecho no acaban de dar resultado).
Por otro lado, quieren trabajar para sustituir el reglamento de aletas adheridas (la prohibición europea del cercenamiento a bordo) por otro más flexible, como el de Nueva Zelanda. "Nuestros armadores están decididos a que esta es la línea que hay que seguir para lograr una pesquería sostenible, pero con planteamientos tecnológicos y técnicos", apunta Ulloa.
Por otro lado, ven necesarias medias de protección de especies vulnerables, como las ya aplicadas de prohibición de pesca de tiburón zorro, martillo, oceánico y sardinero (además del sedoso en ICCAT), que la administración asumió a propuesta del sector. De igual forma piden incentivar una mejor preparación de las tripulaciones "para que tengan capacidad técnica para evitar la pesca accidental de aves marinas y tortugas".
Desde Arvi ven indispensable la aplicación de vedas marinas espacio-temporales en distintos océanos, "de acuerdo con las medidas adoptadas por las organizaciones regionales de pesca", así como la "necesaria" formación de las tripulaciones y, sobre todo, de los mandos, "que son los que establecen las pautas de trabajo".
Por último, la cooperativa solicita un plan de gestión que apueste por reforzar el plan de observadores científicos a bordo de los buques.
La flota saca pecho y no es para menos, puesto que la crisis que sufrió en los dos últimos años "ha sido tremenda". Los precios del combustible, los de las especies capturas y, en buena parte, la normativa de aletas adheridas, provocó la reducción de casi el 40% de alta mar en diez años. Arvi cifra esta pérdida en unos 50 buques hasta 2014, a los que hay que sumar los 12 aprobados para desguace de este año.
