Desde las 9.30 de la mañana en la acampada, José Manuel Sobral, de 54 años, es el armador del buque Sobral, de Vigo. "La idea es quedarnos toda la noche y ver si mañana nos arreglan algo, que pensamos que lo harán", explica.

Dispuesto a ir "andando o en autobús" a Bruselas, si no sale nada positivo de la reunión de hoy en Madrid, asegura que la decisión de dormir a la intemperie en Santiago se produjo "por todo" y también por las declaraciones de Maneiro (que dijo que no supieron gestionar los cupos): "Realmente no cayeron nada bien entre los armadores, porque si no tenemos cuotas, ¿qué vamos a gestionar?", aclara.