El cerco gallego repartió ayer 8.000 kilos de jurel en Santiago en protesta por la escasez de cupos que padece. La Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga), que representa a la mayoría de este segmento de flota en Galicia (unas 120 embarcaciones), tardó apenas una hora en repartir esta cantidad entre los vecinos que se acercaron a las 11.45 horas hasta la Alameda, donde se formaron largas colas para recibir el pescado gratis.

Los cerqueros denuncian la "crítica" situación en la que se encuentran, con la mayoría de sus principales pesquerías cerradas (como la de jurel y anchoa) y la escasez de cuota de los recursos que todavía pueden capturar, como la sardina y la xarda. "Nos dan muy pocas posibilidades de pesca. Unos 10.000 kilos anuales por barco que, a un precio medio de un euro, se convierten en 10.000 euros que hay que repartir entre ocho o diez tripulantes. No podemos vivir con eso. Tenemos pagos e hipotecas a los que hacer frente", explicó uno de los cerqueros durante el transcurso del reparto de jurel.

El presidente de la Asociación, José Blanco, apuntó que la flota busca ahora alternativas para poder salir adelante. "Hablamos con los inspectores de trabajo para ver si podemos meter a la gente en el paro, porque no hay otra solución", lamentó, y criticó la desidia del Gobierno ante los problemas que afronta sector. "Estamos hartos de llamar al Ministerio de Agricultura y de que no haya contestación para nada de lo que demandamos", añadió.

Cierre

Este reparto gratuito de pescado se produce después de que la Secretaría General de Pesca decretase el cierre (desde ayer) de la pesquería de jurel en aguas del sur de Galicia -zona IXa, desde Fisterra hasta el golfo de Cádiz- para los barcos de Acerga, que gestionan las posibilidades de pesca de la especie de forma conjunta.

"En vez de buscarnos soluciones, el Ejecutivo se dedica a enfrentar a los barcos que tenemos gestión conjunta de la cuota con los que no la tienen", censuró a continuación.

Acerga realizará mañana una asamblea en Portosín con el fin de debatir posibles medidas de presión, entre las que se encuentra un amarre de la flota. "Lo que está claro es que no vamos a parar de protestar", sentenció Blanco.

"Hay que tomar una decisión porque así no podemos seguir. Muchas familias gallegas dependen de la pesca de cerco", añadió por su parte el patrón mayor de Sada y portavoz de la asociación, Andrés García.

La portavoz del BNG en el Congreso, Olaia Fernández Davila, presentó ayer en este contexto una iniciativa en la que exige flexibilidad al Gobierno para conceder más posibilidades de pesca para el sector cerquero.

"El sector no tendrá más remedio que reiniciar sus movilizaciones. De este tipo de pesca viven unas 1.200 familias que observan cómo se abre ante ellos un gran agujero negro", recoge el escrito.