Marcelo Vasconcellos es el responsable de Recursos Pesqueros de la FAO (dentro del Departamento de Pesca y Acuicultura). Asiste como ponente a la VII Conferencia Mundial del Atún en Vigo y opina que existen demasiados buques para la mayoría de las pesquerías y, en particular, para las de atún.

-¿Cuál es la importancia del atún?

-El atún es uno de los principales recursos globales. Representa una parte muy grande de la producción conservera y es un recurso que se usa para consumo humano. Esto es algo muy interesante, dado que se trata de una especie de gran volumen, de importancia mundial, no regionalizada, y se usa para consumo, no para reducción, como por ejemplo algunas especies pelágicas. Por lo tanto, no tiene la misma importancia para la seguridad alimentaria como en el caso de los atunes.

-El Código de Conducta para la Pesca Responsable cumple esta año su vigésimo aniversario. ¿Se aplica en el caso de esta especie?

-El código se aplica muchísimo a esta especie porque es de interés para la sostenibilidad. Es básicamente un grupo de principios de cómo hacer un uso responsable de los recursos pesqueros, considerando su sostenibilidad económica, ambiental y social. El futuro de toda la industria pesquera depende de eso, y si no hay recursos es como decir que no hay sector.

-Pero, ¿existen problemas con los "stocks" de atún?

-Tal vez haya problemas en un tercio de los stocks mundiales, que se encuentran ya sobrepescados. Hay mucho qué hacer. Sin embargo, la industria de la conserva se encuentra en una posición confortable ya que en general el atún, la principal especie con la que trabajan, se encuentra en condiciones saludables de momento. Eso no quiere decir que podamos cerrar los ojos y decir: "Sigamos adelante, estamos bien". No. Hay problemas de sobrecapacidad pesquera, hay muchos buques, hay ayudas que sustentan esta industria pesquera?

-Pero Anfaco defiende que el atún está en una situación de "luz verde"...

-Depende de cómo se mire. Si te fijas en el número de stocks globales, 23, más o menos el 30% pasó de su capacidad máxima de explotación, es decir, está con un problema de sobrepesca. En alguno de esos ya se empezó a disminuir el esfuerzo pesquero. Si consideras el volumen de producción, el resultado es bueno, porque gran parte viene del bonito, que está en una situación saludable.

-¿Qué habría que hacer?

-Es una situación menos problemática por el momento para las conserveras pero existe la necesidad de reforzar ciertos mecanismos, como las organizaciones regionales de pesca, para que hayan reglas que garanticen que los stocks no sigan sobreexplotados en el futuro. Además, al sobrepescar también afectas al medioambiente que lo rodea, acabas afectando a otros componentes, otras especies de las zonas? Hay que considerarlo todo.

-¿Cree la FAO que España hace esos esfuerzos?

-España es un importante polo global en la pesca, está muy presente en las discusiones de la FAO, es un país que apoya el Código de Conducta y participa en organizaciones regionales de pesca. Es un socio de la FAO.

-¿Por qué es tan necesario que su organización se mezcle con las empresas como en esta conferencia?

-Es necesario. La pesca depende de varios actores y existen preocupaciones e intereses. Tenemos que estar presentes en foros de la industria, saber cuáles son sus preocupaciones y tendencias para llevarlo dentro de la FAO. Si los conocemos podemos cambiar lo que existe e implementar de forma más práctica los principios que tenemos. De qué sirve tener la teoría si no sabemos cómo hacerla práctica.

-Países como Tailandia, ¿son "enemigos" para la FAO o dan más trabajo?

-No es un enemigo. Todos los países miembros de la FAO están de acuerdo con aplicar el Código. Sin embargo, falta la implementación de esos principios. Para eso hay que trabajar, hacer leyes más eficaces, por ejemplo. Aunque claro, este tipo de países son objetivo para la FAO, los que tienen limitaciones en varios aspectos: humanas, técnicas, financieras? En sitios como Asia o África hay mucho que hacer.