Los resultados de la campaña de la centolla, que está a punto de cerrarse en toda la costa gallega, son mejores que los del año pasado pero insuficientes para la flota pesquera, que cree que podrían ser incluso mejores. Las lonjas gallegas comercializaron 234 toneladas de centolla entre noviembre del año pasado y lo que llevamos de año, un 22% más que en la campaña anterior (de noviembre de 2013 a junio de 2014), cuando los puertos descargaron algo más de 192 toneladas.

La pesquería finalizará el próximo día 30 para la flota de artes menores que faena entre Estaca de Bares y Ribadeo, mientras que la que trabaja entre A Guarda y Corrubedo ya tiene prohibido capturar este marisco desde el 6 de junio y la que lo hace entre Corrubedo y Estaca de Bares desde el pasado domingo.

Los resultados fueron ligeramente mejores que las capturas en cuanto a los ingresos por la venta del crustáceo, ya que la facturación se incrementó un 23,4%, al pasar de los 2,2 millones de euros de la pasada campaña hasta los 2,8 de la actual. A pesar de este aumento en la facturación, el precio medio del kilo de centolla apenas varió. Los centros de primera venta de la comunidad comercializaron la centolla en la anterior campaña a un precio medio de 11,8 euros, solo 0,20 euros menos que en la presente. El precio más alto se alcanzó en la lonja de Burela, donde el kilo llegó hasta los 48,44 euros.

Por puertos, la dársena de A Coruña registró el mayor volumen de descargas, con 58 toneladas de centolla. Estas ventas generaron una facturación de casi 500.000 euros, según los datos de la Plataforma Tecnolóxica da Pesca, dependiente de la Consellería do Mar. Tras el muelle coruñés, la lonja que más kilos comercializó de esta especie fue la de O Grove, donde se vendieron 39 toneladas (con una facturación de casi 650.000 euros), seguida de la de Ribeira, con 32 toneladas de centolla subastadas y unos ingresos de 402.000 euros.

A pesar de la mejoría en las descargas y la facturación, el presidente de la Asociación de Armadores de Artes Menores de Galicia (Asoar-Armega), José Luis Rodríguez, afirma que la campaña no fue positiva para el sector. "Llevamos dos años pésimos. Siempre es bueno que las descargas aumenten paulatinamente, pero la época fuerte es desde que se abre la veda (en noviembre) hasta mediados de enero y este año las capturas fueron escasas y las quejas de los pescadores continuas", indicó Rodríguez, que pronostica una campaña del pulpo (la veda concluye, junto a la de la nécora, el 1 de julio) "nada buena". "La Xunta comete siempre los mismos errores y no invierte en la recuperación de las especies. Estos días en los que aún no vamos al pulpo nos dedicamos al palangrillo y a las vetas para capturar pescadilla, faneca, congrio..., pero no hay recurso", lamentó el representante de la flota artesanal.