Puertos

Por puertos, 29 de los 36 existentes en la provincia coruñesa perdieron unidades en el último lustro -el informe Rexistro de Buques Pesqueiros de Galicia del año 2004 no desglosa la flota por puertos, el de 2009 ya sí-, en el que se intensificó el abandono de la actividad pesquera por parte de muchos armadores.

Mientras, los restantes siete puertos incrementaron levemente su flota. Son los de Ares (+2), Barallobre (+5), Camariñas (+3), Ferrol (+5), Noia (+26), Pontedeume (+3) y Sada (+2). Las mayores disminuciones de unidades pesqueras desde 2009 en la provincia coruñesa se registraron en las dársenas de Ribeira (-30), Fisterra (-20), A Pobra do Caramiñal (-19), A Coruña (-13) y Camelle y Carreira-Aguiño, con la pérdida de 11 embarcaciones cada una.

La escasez de cuotas y el desánimo provocado por la pérdida de rentabilidad ante estas limitaciones de pesca ha provocado en los últimos años que muchos armadores gallegos optasen por acogerse a las ayudas al desguace y abandonasen la actividad. Una situación que afectó a todos los segmentos de flota pero que tuvo una especial incidencia en las embarcaciones autorizadas a faenar en aguas comunitarias, principalmente en Gran Sol. Galicia contaba en 2004 -año en el que finalizaron las ayudas europeas a la renovación de la flota- con 144 pesqueros que desarrollaban su actividad en los caladeros comunitarios y a finales de 2014 el censo se reducía a 76 unidades, lo que supone un descenso del 47% en una década. Una reducción que se intensificó en el último lustro -motivada en parte por el temor a la eliminación de las subvenciones por el abandono de la actividad- pues en 2009 este censo contaba aún con 127 embarcaciones, según los datos del Registro de Buques Pesqueiros de Galicia de la Consellería do Mar.

La merma, dentro de los buques de aguas comunitarias, es aún mayor entre los arrastreros, del 62%, al pasar de los 79 barcos registrados hace 10 años a los 30 con que cerró el pasado ejercicio. El descenso solo en los últimos cinco años alcanzó el 56%, al pasar de 69 a 30 unidades.

En el caso de los palangreros de fondo, la reducción desde 2004 fue del 29%. La comunidad gallega cuenta actualmente con 46 barcos de este tipo que faenan en aguas comunitarias, frente a los 65 de hace 10 años.

La crisis del sector pesquero -añadida a las dificultades económicas globales- también asestó un duro golpe a la flota del caladero nacional, que perdió 983 embarcaciones en la última década. Si a cierre de 2004 Galicia tenía 5.300 barcos que faenaban en el Cantábrico Noroeste, en diciembre pasado contaba con 4.317, un descenso del 18%. Los arrastreros vuelven a sufrir la mayor merma proporcional, del 27%, al pasar de 108 barcos registrados a 79. Mientras, el cerco bajó de 188 unidades a 150, una caída del 20%.

La reducción es muy similar a la del conjunto de la flota gallega -por el importante peso de la bajura-, del 19%, que pasó de 5.565 embarcaciones a solo 4.506.

El censo que mejor resiste, pese a las restricciones en el acceso a algunos caladeros, es el de pesquerías internacionales, que perdió un 6,6% de sus unidades. Si hace diez años sumaba 121 buques -entre arrastreros, palangreros y cerqueros-, al cierre de 2014 aún mantenía 113. Los arrastreros de aguas internacionales pasaron de 47 a 34 (-28%); los cerqueros, de cinco a tres (-40%) y los palangreros de superficie incluso incrementaron su censo, en siete unidades, de 69 a 76, lo que supone un incremento del 10%.