El cerco gallego alcanzó ayer "al fin" un acuerdo para establecer un límite de capturas diario en la pesca de jurel. El sector acordó fijar un tope de pesca de 2.000 kilos de la especie por embarcación y día(más 600 por tripulante), una limitación que comenzará a aplicarse el próximo lunes. El objetivo de esta medida propuesta por la Asociación de Armadores de Cerco de Galicia (Acerga) -que se negoció en la Comisión Sectorial do Cerco con el resto de armadores no asociados y las cofradías, bajo la tutela de la Xunta- es aumentar el precio de comercialización del jurel, al haber menos producto en el mercado, y alargar la pesquería.

Límite

Los cerqueros fijaron un límite de capturas bastante superior al propuesto en un principio por Acerga, que planteaba 400 los kilos por tripulante. Aún así, la asociación celebra el entendimiento de todo el sector. "Llegar a un acuerdo definitivo costó más de lo que pensábamos. El tiempo fue pasando y algunos armadores cambiaron su punto de vista, pero lo damos por bueno", apuntó el representante de Acerga y también patrón mayor de Sada, Andrés García, que explicó que la flota realizará además un mes de veda (sin subvencionar, a escoger entre diciembre y marzo) con el objetivo de que el recurso se regenere.

El cómputo de las capturas que realice la flota se hará de forma semanal, por lo que si algún barco no puede salir a faenar durante alguno de los cuatro días en los que tienen permiso (de lunes a jueves), el armador dispondrá para las próximas jornadas de la cantidad de jurel que no pescó.

Los armadores esperan que estas medidas permitan incrementar el precio de primera venta del jurel y estirar su pesquería con respecto al año pasado, cuando los cerqueros agotaron la cuota fijada por el Gobierno en julio. "Queremos que no se acabe el cupo hasta octubre", explicó García, que incidió también la reducción de las posibilidades de pesca de la especie en el Cantábrico -zona VIIIc, entre Fisterra y el golfo de Vizcaya-. "La cuota no es suficiente. Contamos con un millón y medio menos de kilos", lamentó.

El cerco gallego pretendía que el sector arrastrero de la comunidad aplicase también estas medidas, una idea que el arrastre vio con buenos ojos pero que finalmente rechazó al no afectar también a las flotas portuguesa y del resto de comunidades, que faenan junto a ellos en el mismo caladero.

Sobre esta cuestión, la conselleira do Mar, Rosa Quintana, afirmó que representantes del Gobierno español y portugués negocian ahora la aplicación de estas reglas, tras una reunión celebrada en abril. "El arrastre podrá sumarse a estas normas de comercialización una vez esté resuelta esta cuestión", declaró Quintana, que destacó la predisposición de la flota de cerco a lograr un acuerdo definitivo. "Espero que los compradores valoren el esfuerzo que hace todo el sector y que sean capaces de retribuirlo al comprar nuestro pescado", concluyó.