La industria atunera europea pidió ayer la exclusión de las conservas y preparados de atún de los acuerdos de libre comercio que la Unión Europea (UE) negocia con Tailandia y Vietnam, además de alertar de la amenaza que esos pactos pueden implicar para la industria comunitaria. Para esos productos, la industria reclamó que tengan la consideración de "sensibles", como se ha hecho en otros casos, por ejemplo en el acuerdo de libre comercio entre la UE y Singapur.

"La preocupación es máxima con lo que está sucediendo en el sudeste asiático, sobre todo en el cumplimiento de la sostenibilidad de los recursos de cara al futuro, para tener atún para poder capturar y transformar", indicó el secretario general de la patronal de conservas Anfaco, Juan Manuel Vieites.

Vieites, que además es presidente de Eurothon, mantuvo ayer una reunión con la comisaria europea de Comercio, Cecilia Malmström, a la que también asistieron representantes del sector procedentes de Italia, Francia y Portugal, países que junto con España copan prácticamente la totalidad de la producción comunitaria de conserva de atún. En la comisaria los representantes de la industria han encontrado "una actitud de sensibilidad" hacia el mundo del atún, indicó.

Los representantes del sector insistieron en la necesidad de que existan unas condiciones equitativas entre las partes y que "las normativas comunitarias y la vigilancia y control sean cumplidas por todo el mundo".

En particular la industria advirtió de la amenaza para la competitividad de la industria atunera europea que tendría un acuerdo de libre comercio con Tailandia, principal productor mundial de conservas de atún, que incorporara las preferencias comerciales a las que aspira ese país a nivel arancelario y de derogación de normas de origen.

Por otro lado, en Madrid tuvo lugar ayer la primera toma de contacto entre los representantes de los empresarios y de los sindicatos sobre la negociación del convenio colectivo para las industrias de conservas, semiconservas, ahumados, secados y salazones, que afectará a unos 30.000 trabajadores de todo el país.

La Federación Española de Industrias de Transformación y Comercializadores de Productos de la Pesca (Feicopesca), en nombre de la patronal, y los sindicatos UGT, CC OO y el gallego CIG participan desde ayer en las discusiones, que comenzaron con una recusación de la patronal a Rosa Abuín, de la CIG, que finalmente no se llevó a cabo.

Sobre la polémica de pagar parte del salario con productos o servicios, Vieites, insistió en que esa idea es "falsa" y "un despropósito difícil de entender".