El episodio tóxico primaveral, que comenzaba a principios de mes y se consolidaba el día 6, con el cierre masivo de bateas, ha llegado a su punto culminante. Puede hablarse de un cierre absoluto de las rías gallegas para la extracción de mejillón, a lo que hay que sumar el hecho de que estén también inoperativas el 75% de las zonas marisqueras, casi todas en las Rías Baixas.

En Galicia hay 54 polígonos bateeiros, de los cuales cuatro son de ostra; dos permanecen abiertos y los otros dos están cerrados. Los 50 polígonos restantes se dedican al cultivo de mejillón, y la presencia de toxinas lipofílicas afecta a todos ellos salvo, testimonialmente, al Vilagarcía A, en la ría de Arousa.

Se trata, técnicamente, de un bloqueo absoluto de la producción, y todo por el relevo -del que ha informado progresivamente FARO- que se ha experimentado en la llegada y evolución de las biotoxinas, pues en mayor o menor medida durante las últimas semanas tuvieron presencia tanto las lipofílicas como la amnésica (ASP) y la paralizante (PSP).