En la última junta de accionistas de Pescanova, celebrada el 27 de noviembre, un asistente pidió la palabra. "¿Cuándo voy a poder vender mis acciones?", inquirió. "Tengo 400", dijo. Un miembro del consejo le respondió que la cotización en Bolsa estaba suspendida y que solo era posible venderlas si encontraba un comprador por su cuenta. Los títulos de Pescanova no se pueden comprar o vender en Bolsa desde 12 de marzo de 2013 por mandato de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), pero las transacciones sí se pueden realizar en el llamado mercado de operaciones especiales o mercado gris como compraventas "de valor suspendido". Se trata de un mercadillo muy opaco pero totalmente legal. Desde que Pescanova destapó su bancarrota, los inversores han movido a través de este canal nada menos que un 17% del capital de la multinacional, en su mayoría al margen de los registros de la CNMV. Los fondos o sociedades no tienen obligación de declarar si son titulares de acciones de una firma cotizada si no superan el 3% del capital. En total, según los datos recopilados por FARO, se movieron 4.869.056 acciones de Pescanova desde abril de 2013 en el mercado gris.
De saldo
Según los mismos datos oficiales, disponibles en la web de la Bolsa de Madrid, la compraventa del 17% de las acciones de Pescanova -esos más de 4,8 millones de títulos- se realizó por un importe de 7.857.098 euros. Esto es, cada acción de la pesquera se pagó de media a 1,61 euros, mientras que oficialmente los títulos de Pescanova están congelados a 5,91 euros en la Bolsa española.
Justo antes de desatarse uno de los mayores escándalos de la historia empresarial española, las acciones de la pesquera con sede en Chapela se pagaban -el 20 de febrero de 2013, una semana antes de pedir el preconcurso- a 17,99 euros. La capitalización bursátil -el valor en Bolsa- de Pescanova era, en ese momento, de 517 millones de euros. Esto significa que la compraventa del 17% del capital en condiciones de mercado previas a la crisis habría tenido un coste para los inversores próximo a los 88 millones de euros, muy inferior a lo que tuvieron que desembolsar empresarias como Carolina Masaveu o fondos como Broadbill Investment Partners para hacerse un hueco en el accionariado de la compañía.
En el registro del mercado gris hay cifras para todos los gustos, pero no consta quién es el vendedor o comprador, sino solo el intermediario (empresas como Ahorro Corporación, Renta 4 o entidades financieras). Desde el euro que pagó un inversor por 1.225 acciones el 23 de agosto de 2013 a los 107,5 millones que Masaveu se gastó en 1.075.000 títulos el 20 de agosto del mismo año. Pagó por cada uno 0,0001 euros. Solo en el primer año de crisis de Pescanova se movieron al margen de la Bolsa casi dos millones de acciones por un valor de 934.337 euros. En 2014 los títulos que se vendieron en este mercado de operaciones especiales rozaron los 2,78 millones por un valor de seis millones de euros. En lo que va de 2015 el movimiento ha sido mucho menos intensivo, con 15 operaciones desde el 2 de enero.
Sin duda la sociedad más beneficiada por este tipo de transacciones fue Crisgadini SL, la firma a través de la que invierten la millonaria asturiana Carolina Masaveu y su esposo Diego Fontán. Tiene el 7,133% de Pescanova -es la segunda mayor accionista tras la familia Carceller- y se gastó solo 5.177,5 euros. El segundo paquete de títulos que adquirió en el mercado gris, de 975.000 acciones, lo consiguió por 5.070 euros tras abonar por cada participación 0,0052 euros. Hoy Fontán es miembro del consejo de Pescanova. Otra compañía que aprovechó los precios de derribo de las acciones de la pesquera en este parqué fue el fondo Broadbill Investment Partners, que se gastó 3.460 euros en comprar 346.000 acciones (a 0,01 euros cada una). Tiene ya el 3,697 de la pesquera.
