El método químico para la detección de biotoxinas del mejillón presenta importantes debilidades, es decir, resulta ineficiente, más lento que el bioensayo y más caro. Sobre estas bases se centrará el recurso que estudia la Xunta de Galicia contra el auto del Tribunal General que prefiere los métodos químicos frente al uso de los ratones.

Ahora el argumento más sólido surge de la reciente decisión que adoptó el Laboratorio Comunitario de Referencia de la Unión Europea que permite modificar el procedimiento para determinar la presencia de toxinas lipofílicas en bivalvos sometidos al proceso de transformación.

Este criterio avalaría la tesis que defiende Galicia desde el año 2009 de que el sistema "es ineficiente" pues esta modificación "reconoce un fallo en el método químico que fue detectado gracias al trabajo conjunto realizado entre el Intecmar y el sector para denunciarlo y demostrarlo".

Por estos motivos, la Xunta ha comenzado la valoración de la sentencia emitida por el Tribunal General que desestima el recurso interpuesto por España contra la decisión de la UE de utilizar el método químico en el control de las toxinas lipofílicas en el mar como método de referencia, con el objetivo último de recurrir la decisión.

Explican en la Consellería do Mar, que Galicia manifestó en repetidas ocasiones que estaba en desacuerdo con la adopción del método mediante cromatografía de líquidos con detector de espectometría de masas (LC-MS/MS) como el de referencia en la UE. Además, la Xunta indica que los dos métodos han convivido durante los últimos años, hasta el pasado 31 de diciembre de 2014, momento en que el método químico pasó a ser de aplicación única.

La administración autonómica también pone de manifiesto que a finales de 2010 el Intecmar instaló un equipo instrumental de LC-MS/MS e inició la puesta a punto de la técnica para análisis de las toxinas lipofílicas mediante este método.