Desde hace unos años los constantes golpes que sacuden a la actividad pesquera y marisquera en la ría provocan un constante descenso de ingresos y facturación en las cuatro lonjas de la comarca (Pontevedra, Campelo, Marín y Poio), pero lo ocurrido en 2014 no tiene parangón. El sector despide mañana el peor año de su historia en cuanto a actividad en estas cuatro rulas. Si 2013 ya fue un ejercicio "negro", el balance, aún provisional, del presente ejercicio pone de manifiesto una situación aún más pesimista. Los 10,2 millones facturados el pasado año en estas cuatro lonjas se han reducido ahora de forma drástica, a menos de 7,7 millones, lo que supone un descenso del 25%, según los datos de la Plataforma Tecnológica de la Xunta pescadegalicia.com.

Se trata de menos ingresos y también de menos mercancía. Si en facturación el hundimiento ha sido de casi 2,6 millones de euros, los kilos manejados en Campelo, Marín, Portonovo y Pontevedra pasaron de las 4.400 toneladas del pasado año a las 3.800 de 2014. En este balance no se incluye la lonja de Bueu, la única de la ría que sí ha registrado en este ejercicio mejores datos que en 2013.

La debacle es todavía mayor si se realiza un análisis en perspectiva. La facturación de 2014 no solo es la más baja desde que hay registros sino que además la caída de las ventas es de más del doble con respecto a hace una década. Así, en el ejercicio de 2005, por ejemplo, las lonjas de la comarca facturaron 16.665.000 euros, frente a los 7.616 actuales. En mercancía, se pasó de 5.693 toneladas a 3.845, un 32% menos en esta dé cada.

La situación es general en estas cuatro subastas, pero la crisis se ha dejado notar de forma absoluta en la de Campelo, donde los constantes cierres de los bancos por la toxina y episodios de contaminación han provocado un hundimiento de su actividad, hasta el punto de que en junio pasado tanto esta lonja como la cofradía de San Telmo se vieron obligados a una regulación de empleo para "salir a flote". Así, en 2013 esta rula facturó 4.450.000 euros y movió cerca de 600.000 kilos de marisco, especialmente almeja japónica, con 367.000 kilos y 1,7 millones de euros. Doce meses después, esas cifras son muy diferentes: apenas 2.542.000 euros de ingresos brutos (un descenso del 43%) y 282.000 kilos subastados. La almeja japónica se mantiene como la de mayor volumen, pero por debajo del millón de euros y solo 183.000 kilos. De hecho, la almeja fina, con apenas 19.000 kilos vendidos, supera en facturación a la japónica, al llegar a 1,1 millones, ligeramente por encima de lo alcanzado el pasado año con casi 51.000 kilogramos.

La situación en Pontevedra y Marín es más dramática. La de la capital de pequeño tamaño y ubicada en el Mercado de Abastos, no logra despegar y continúa con su racha negativa. Pese a que en esta ocasión sí se registra un mayor movimiento de mercancía (22.000 kilos frente a los 19.500 de 2013), los ingresos no repuntan y bajan de 300.000 a 263.000 euros. En esta rula los productos "estrella" fueron el camarón, la centolla, la nécora y el pulpo, al sumar unos 20.000 kilos y unos 254.000 euros.

Por su parte, en la lonja de Marín las especies más abundantes este año fueron el lirio, la merluza, la pota pequeña, los rapantes, la xarda y el jurel. Esta lonja es hoy solo una sombra de lo que fue y las cifras así lo certifican: Hace diez años subastaba 3.700 toneladas de pescados y mariscos y hoy apenas supera las 1.100, con una facturación de 2.993.000 euros.