Los armadores consideran que la prohibición de los descartes recogida en la Política Pesquera Común (PPC) supondrá un beneficio indirecto para el sector de la acuicultura. Los pescadores deberán descargar en puerto la totalidad de sus capturas con esta nueva normativa, por lo que aumentará el número de ejemplares que se destinarán, por su pequeña talla o por su escasa rentabilidad, a la elaboración de harina de pescado.

"Yo no tengo por qué rebajarle los costes a la competencia [en referencia a la acuicultura]", declaró ayer el presidente de la Asociación Nacional de Armadores de Buques de Pesca de Bacalao (Agarba), Iván López, durante su intervención en el II Congreso Sostibilidade do Sector Pesqueiro, realizado en la lonja de A Coruña, organizado por la Fundación Rendemento Económico Mínimo Sostible e Social (Fremss).

López criticó que Bruselas les obligue ahora a descargar todas sus capturas cuando en la anterior normativa les pedía todo lo contrario. "Es importante dejar claro que nosotros descartábamos porque teníamos la obligación de hacerlo. Ahora parece que la culpa de todo es nuestra", afirmó el también miembro de la Confederación Española de Pesca (Cepesca). "Hoy en día todo es burocracia y esto supone un freno para el motor que siempre hubo en el sector. Los pescadores siempre quisieron sacarle partido a todo lo que capturan", añadió.

El presidente de Agarba censuró además la presión que ejercen algunas organizaciones defensoras del medio ambiente en la toma de decisiones por parte de la Unión Europea. "Cada año se pone de moda una nueva ONG que intenta imponer su mensaje, pero lo cierto es que no se aclaran ni ellas mismas. Con la prohibición de descartes resulta que ahora vamos a perjudicar a las aves marinas. ¿Y qué hacemos entonces?", apostilló.

López insistió, por otra parte, en la necesidad de mantener el sector unido con el fin de conseguir sus objetivos. "Si en el Consello Galego de Pesca lográsemos alcanzar un acuerdo entre todos los sectores quizás podríamos conseguir algo en Bruselas. Ese es uno de nuestros mayores desafíos: defender nuestra manera de ver las cosas", sentenció.

La supresión de los descartes es un cambio positivo para el sector pesquero, según aseguran los investigadores científicos. El reto al que se enfrentan los pescadores es encontrar la mejor manera de aplicar la normativa. "Hay dos vías para reducir los descartes: disminuir el esfuerzo (menos barcos y menos mareas) y mejorar la selectividad de la pesca", afirmó la representante del centro tecnológico especializado en la investigación marina y alimentaria, Azti Tecnalia, Marina Santurtún. La experta explicó que la nueva política de descartes repercute en un problema de espacio en las bodegas de los buques para muchos armadores y que ese camino hacia la pesca más selectiva podría suponer, sin embargo, un problema a largo plazo. "No sabemos qué puede provocar en el medio marino esta selectividad que promovemos. Centrarnos en una especie podría tener consecuencias en el medio marino", aclaró.

Dificultades del sector

El presidente de la Federación Galega de Confrarías, Tomás Fajardo, incidió durante su intervención en la sostenibilidad de la pesca del xeito, arte del que dependen muchas familias en Galicia, por lo que espera que Europa decida, finalmente, no prohibirlo. "Confío en que prevalezca el sentido común. Sería una insensatez prohibir esta arte porque no es dañina. Son un ejemplo de pesca artesanal", manifestó Fajardo, que quiso hacer hincapié en las dificultades que atraviesa el sector. "Vamos aguantando y capeando el temporal. No perdimos mucho trabajo pero sí rentabilidad. Ganamos menos que antes", expuso.

Los sindicatos lamentan la merma que ha sufrido el sector pesquero en los últimos años, con una reducción de casi el 50% en el número de barcos desde los años 80."Pasamos de 20.000 buques a poco más de 10.000. Hemos perdido 55.000 personas que ya no están afiliadas al Régimen Especial del Mar en las dos últimas décadas", lamentó el representante de UGT do Mar, José Luis Figueroa.

El sindicalista indicó además durante su intervención que las capturas actuales de la flota son similares a las de los años 50, a pesar de que el número de zonas de pesca se triplicó desde entonces. "Las cuotas que determina Bruselas son injustas y escasas y conllevan a la exterminación de la flota", sentenció.