La Mesa do Mexillón reunió ayer a los dirigentes de las diferentes agrupaciones de productores de Galicia y representantes de la Consellería do Medio Rural e do Mar. Cumplieron el guión previsto y escenificaron una postura de unidad y firmeza para defender la calidad del producto y plantar cara a ataques presentes y futuros, como el protagonizado por Francia al denunciar 73 intoxicaciones e imputarlas al molusco gallego sin que hasta ahora pudiera aportar pruebas de ello.

Los bateeiros arroparon sin fisuras al Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar), y su directora, Covadonga Salgado, destacó que el programa de control gallego "es puntero" a nivel mundial y cumple todos los requisitos exigidos por la Comisión Europea, informando con rapidez al propio sector de las aperturas y cierres de bateas que se producen en caso de episodios tóxicos.

Tanto es así que "no hay sistema de control más exhaustivo que el gallego", sentenciaba la propia Covadonga Salgado, convencida de que "no hay otro producto con tantas garantías como nuestro mejillón, que ofrece total confianza al consumidor".

De este modo la mitilicultura se aferra a un frente común que era tan necesario como previsible, pues ni bateeiros ni Administración podían permitirse salir de un encuentro crucial como el de ayer mostrando dudas.

Parecen no tenerlas, y no solo eso, sino que destacan que en estos momentos lo más esperanzador es comprobar que el mejillón gallego sigue teniendo tirón comercial a nivel nacional e internacional.

Solo siete polígonos abiertos

Es evidente que las ventas son escasas, pues a causa de la presencia de biotoxinas solo están abiertos 7 de los 51 polígonos bateeiros de las rías gallegas. Pero también es cierto que el poco molusco que puede comercializarse se vende sin mayores dificultades y los pedidos siguen en aumento, por lo que todo parece indicar que el mejillón gallego "va a volver a tirar del carro" en cuanto las biotoxinas remitan.

Así los confirman los propios productores, que saben también que las conserveras y cocederos esperan "como agua de mayo" la reapertura de los polígonos para empezar la campaña más potente del año.

Aunque para que eso ocurra y la situación no vuelva a complicarse, es preciso estar prevenido, ya sea ante las acusaciones periódicas de los franceses como ante la llegada de mejillón chileno y otras muchas amenazas que acechan.

Llegados a este extremo entra en juego el pacto por la unidad y el trabajo conjunto alcanzado ayer, pues se trata de evitar que las alertas sanitarias afecten a la imagen y proyección del mejillón.

Puestos a buscar soluciones incluso se plantea una vieja propuesta, como es depurar todo el mejillón antes de que salga de Galicia. Se trata de una idea que no parece fácil de aplicar, pues hay clientes en otras partes de España y Europa que piden el molusco directamente, para depurarlos ellos mismos.