Las intensas prospecciones petrolíferas en aguas irlandesas, donde faena la flota de Gran Sol, son causa de preocupación en el sector pesquero gallego y vigués. El gerente de Anasol, que agrupa a 36 buques de Gran Sol, lo que la convierte en la más representativa de España, ya se ha dirigido a la Administración española y también al propio sector comunitario en busca de información y reclamación de que se defiendan también sus intereses.

-¿Qué afectación están teniendo en la flota prospecciones como la actual, que ocupará 4.500 kilómetros hasta octubre y que se acompaña de proyectos de hasta 25 empresas petroleras en aguas irlandesas?

-Pensamos no solo en lo actual y en las comunicaciones que nos hacen de que entre agosto y octubre habrá un par de barcos haciendo prospecciones al sur del banco de Porcupine sino en la situación futura, es decir, si efectivamente encuentran petróleo, si van a instalar una plataforma de extracción y la flota tiene que desplazarse.

-¿Cuál es la estrategia del sector ante estas campañas?

- Esta misma mañana -por ayer- trasladaba información al Consejo Consultivo Regional del Noroeste, en el que nos integramos, para que en la próxima reunión, a mediados de septiembre en Dublín, se pregunte a todo el mundo en qué medida están afectados. También tiene que entrar en juego la Administración española, aunque reconocemos y admitimos dificultades porque España no tiene potestad sobre las aguas de la zona económica exclusiva de Irlanda, pero esto afecta a la flota española que pesca en esas aguas, a la altura de Porcupine y en las VII-j, en la VII-k.

-¿Qué han solicitado?

-Como esto preocupa porque va a más, lo que hemos hecho ha sido pedir a la Administración en qué medida afecta, cuál es la ubicación-presencia de la flota en cada una de esas zonas. En realidad la preocupación es que en las comunicaciones de las empresas que realizan estas prospecciones es que cada vez utilizan más espacio y nos trasladan que van a estar prospectando cada vez en áreas más grandes. Ya sabemos que compartimos la superficie marítima con una serie de intereses: los del transporte, los del turismo, los que hacen estas prospecciones o los areneros y desde la Comisión Europea ya hace tiempo que se nos dice que compartimos un espacio, en este caso el marítimo, y que en él hay muchos intereses, pero también los nuestros.

-¿Y cómo afecta a los intereses económicos de la flota?

-Nuestra actividad se fundamenta en que los recursos se mantengan en la zona, que no se alteren, porque la prospección se hace empleando ondas sísmicas para ver el tipo de suelo de los fondos marinos y nadie sabe qué repercusión tiene eso sobre el pescado, si se desplaza al notar esas ondas o no. No tenemos constancia de estudios de impacto sobre todo esto. ¿Qué le importa a la gente del petróleo la actividad pesquera? Pues, más bien poco. ¿Qué le importa a un Estado que tiene dependencia energética, la flota pesquera? Tiene su interés porque crea empleo y riqueza en las zonas costeras, pero, ante el petróleo, poco. Nosotros estamos para defender los intereses de las empresas y los barcos que representamos y tenemos que pedirle a la administración que les atienda en las repercusiones sobre la flota de actividades de este tipo, sobre todo si después se pone una plataforma. Salvando las distancias es un poco lo que ahora sucede con Canarias.

-¿Por qué?

-Van las petroleras, tienen permiso del Gobierno para hacer las prospecciones y si no sale nada, a otro lado, pero si encuentran bolsas de petróleo, rápidamente van a obtener los permisos necesarios para explotarlo. Y eso ¿qué retorno tiene para Canarias, que depende del turismo? Y en caso de que haya un problema serio como en el golfo de México, ¿quién asume responsabilidades, compensaciones? Ese es el miedo.

-¿Cuántos barcos están afectados en la flota gallega y española por estas prospecciones?

-Nosotros (Anasol) tenemos 36 barcos (de Vigo, Marín, Bueu, A Coruña, Ribeira, Burela o Celeiro) y en el censo español de esta flota hay 103 barcos, pero operativos, unos 95, y si se les quitan unos 25 de Santander y Ondárroa, quedan unos 70. De ellos, pescan en Porcupine más o menos la mitad.

-¿Qué molestia están suponiendo para la flota las prospecciones?

-Pues es difícil saber porque los patrones llegan a puerto, descargan y no se entretienen en contarle al armador los pormenores de la marea. Tendremos que recabar esa información para ver en qué medida al estar pescando sufren esas consecuencias. En cualquier caso no se acercan a un barco que está haciendo prospecciones porque llevan cables en arrastre y pueden tener serios problemas al engancharse. Lo normal es que tengan que alejarse dos millas.

-Las prospecciones petrolíferas en Gran Sol son frecuentes, aunque nunca como este año...

-Ha habido campañas en verano en los últimos años de forma habitual. Este año anunciaron dos, ésta hasta octubre y una previa en primavera, pero como le trasladamos a la Administración, lo que nos ha preocupado en mayor medida este año ha sido la extensión de las zonas que tocan. No sé si estaban tirando el anzuelo para ver cómo reaccionaba el sector pero lo de hace tres meses había resultado escandaloso porque ponían todo el mar Céltico como zona de prospección, el tamaño de Galicia. Ahora hemos iniciado una comunicación con la empresa que las traslada al sector. Nos intercambiamos correos para decirles que ¡ojo! con lo que están haciendo y decirle no que no puedan estar ahí sino que hay otros intereses distintos a los suyos. Estamos en esa fase de comunicación y de conocimiento uno de otros y advirtiendo de que tenemos flota y diciendo que no nos trasladen comunicaciones que afecten a todo el mar Céltico. Ahora nos envían una de 4.500 kilómetros, que es un tamaño nada desdeñable.

-¿Cómo interpretan la intensificación de las prospecciones, con hasta 25 petroleras en ello?

-Ante el previsible agotamiento de los combustibles fósiles, las petroleras lo que hacen es prospectar todo lo que pueden y, agotadas las zonas de tierra, lo hacen en los océanos. Y en este caso, nos las van comunicando a medida que se acercan las fechas. Envían notificación y un plano y te piden a que le traslades a tus representados que se alejen, pero lo que hay que ver es si se estas campañas se pueden hacer sin que se lesionen nuestros intereses ni machacar nuestra actividad.