Las capturas conjuntas de sardina que realizaron los pesqueros portugueses y españoles en aguas ibéricas fueron un 17% menores el año pasado respecto a 2012, según los datos del estudio stock ibérico da sardinha: abundancia baixa mas estável, elaborado por el Instituto Portugués do Mar e da Atmosfera. En ese año, ambas flotas capturaron un total de 55.000 toneladas de sardina - 31.583 por parte de los pesqueros portugueses y 23.275 por parte de los españoles- mientras que en 2013 capturaron 45.650.

Esta disminución global de las descargas refleja la "reducción drástica" de la población de sardina en la región norte del stock (Cantábrico, Galicia y norte de Portugal), que los marineros gallegos constatan desde hace años. Según este organismo portugués, las capturas aumentaron "considerablemente", sin embargo, en el stock sur -zona del Algarve y Cádiz-, región en la que la cantidad del recurso es ligeramente superior.

En las últimas tres décadas, el stock ibérico de sardina sufrió importantes variaciones, debidas a las condiciones oceanográficas -salinidad, temperatura del agua, etc.- tal y como declaró a este diario el experto del Instituto Español de Oceanografía, Álvaro Fernández. El descenso de la biomasa de esta especie es mucho más acusado y continuo desde 2006. Los científicos del Consejo Internacional para la Exploración del Mar -CIEM o ICES por sus siglas en inglés- comenzaron en el año 2003 a recomendar la reducción de las capturas de sardina y rebajar la presión pesquera sobre la especie. Este organismo científico aconsejó en las últimas semanas reducir a 16.000 toneladas la pesca de sardina en aguas ibéricas, una cifra que desde el sector pesquero gallego consideran "mínima" para repartir entre los 330 barcos españoles y los 100 portugueses.

Plan de gestión

Las administraciones de los dos países adoptaron un plan de gestión para la especie en 1997, aunque las pautas fijadas por la flota española fueron mucho más restrictivas que las que impuso el Gobierno luso -hecho en el que hizo hincapié el CIEM en su último estudio-. Hasta ahora, la flota española limitó sus capturas a 7.000 kilos por barco y día y cuatro días de pesca a la semana -de lunes a jueves-. Los portugueses, en cambio, limitaron a 30.000 toneladas la pesca de sardina para cada semana y no ejercieron descanso en fin de semana como la flota española.

Los informes científicos demuestran que la situación del recurso se encuentra en mínimos históricos. El sector del cerco gallego y la Xunta trabajaron en las últimas semanas en un plan de gestión consensuado mucho más restrictivo y que el sector califica de "muy duro", con el objetivo de evitar que Bruselas imponga un Total Admisible de Capturas (TAC) para la especie.

Este plan de gestión, que deberá negociarse todavía con el resto de comunidades autónomas y con Portugal, supone una reducción del 71% en las capturas y fija el límite por barco y día en 3.000 kilos -más 300 por tripulante-, además de un periodo de prohibición de la pesca de esta especie de cinco meses.

Los gobiernos de ambos países advirtieron de que seguirán el informe definitivo de los científicos para fijar la cuota de sardina durante la reunión del Comité Luso-Español celebrada hace dos semanas.

Por otra parte, el Instituto Español de Oceanografía (IEO) va a desarrollar a partir de esta semana en aguas de España y Portugal del golfo de Cádiz dos campañas de investigación paralelas para evaluar los recursos pesqueros pelágicos neríticos, los que habitan en la columna de agua sobre la plataforma continental, y forman parte de las actividades de investigación incluidas para este año en el proyecto Ictioeva12 (Métodos de producción de huevos, estimación de la biomasa de especies pelágicas de interés comercial: sardina, anchoa, caballa y jurel), y es la cuarta de esta serie de campañas.