Desde que empezó a aplicarse el método de análisis químico de las biotoxinas marinas los cierres de bateas de mejillón se han multiplicado preocupantemente. Esto hace que el sector bateeiro hable de "ruina", al detectar importantes pérdidas que afectan también a las empresas depuradoras de moluscos, a los cocederos y a la industria conservera.

Representantes de todos esos colectivos estuvieron reunidos ayer en el Instituto Tecnológico para el Control del Medio Marino (Intecmar) y acordaron unir fuerzas y esfuerzos para demostrar a Europa que el nuevo método les perjudica gravemente. Y no están solos, ya que cuentan con los informes y la defensa de las consellerías de Sanidade y de Mar, también representadas en el encuentro de ayer.