Genaro Amigo Chouciño cumplirá el próximo mes de diciembre 60 años. De ellos, 46 en la mar, en la que empezó a trabajar a los 14 años en un barco del cerco. Se jubila y, con ella, llega la despedida como patrón mayor de Malpica, cargo que desempeña desde hace 27 años, y la de la Federación Provincial de Cofradías de Pescadores de A Coruña, de cuya junta general prácticamente se despidió el domingo pasado en la reunión ordinaria celebrada en la Casa del Mar de A Coruña.

Durante diez años (entre 1976 y 1986) Genaro Amigo vivió la mar enrolado en buques de la Marina Mercante. Finalizado este período de tiempo, compró en sociedad un cerquero de nombre Segundo Temible. "No era un nombre bonito para un barco -reconoce Amigo- pero sí un barco bonito". De sus dos hijos -un chico y una chica- ninguno tiene contacto profesional con la mar.

En los últimos seis años y como consecuencia de sus cargos (patrón mayor de Malpica, presidente de la Federación Provincial de Cofradías de A Coruña y presidente de la Federación Nacional de Cofradías) tampoco Genaro Amigo ha tenido muchas ocasiones de volver a pescar.

-Seguirá durante los próximos dos años al frente de la Federación Nacional; pero quedan atrás la cofradía malpicana y la federación coruñesa.

-Hace falta que venga gente nueva. Tiene que venir el relevo, porque esto y tal y como estamos, quema a Dios. Tenemos que defender la existencia de las cofradías y sus lonjas. Sin ellas, créame, se acaba la pesca de bajura.

-¿Algún consejo en este sentido a quien le suceda en esos cargos?

-Yo no soy quien para aconsejar a nadie, pero la experiencia me dice que debemos defender las cofradías, incluso de los políticos de todo signo. Actualmente el pescado escasea, tenemos poco. Pero si este se vende fuera de las lonjas, la pesca de bajura se acaba. Las lonjas y las cofradías regulan sobremanera la pesca, y es en las lonjas donde mejor se venden las capturas. Estas se reflejan en cualquier operación realizada y así sabemos, por un lado, lo que pescamos y, por otro, lo que vendemos. Queremos servicios y estos, en la bajura, hay que pagarlos.

-¿Cómo atender las necesidades del sector si nos quitan las lonjas o desaparecen las cofradías?

-Los pósitos tienen una historia de 900 años y nadie sabe si pueden ser sustituidos por alguna otra organización cuya labor supere la de estos entes sin ánimo de lucro. Patrones mayores de cofradías no hay ninguno en la cárcel, al menos que yo sepa, pero concejales, alcaldes y políticos imputados o encarcelados hay bastantes.

-Su barco está patroneado por un hombre que empezó a la mar con usted. ¿Han cambiado mucho las cosas desde entonces?

-Mucho, sí... Hoy tenemos mejores barcos en todos los puertos, pero carecemos de las pesquerías que había hace cuarenta años, e incluso menos tiempo. Curiosamente, eran más barcos y sin tanta capacidad como la que tienen los actuales. Pescaban más por unidad y ahora se pesca menos porque los stocks son inferiores, se regulan las capturas y, salvando determinadas circunstancias, se vive peor de la mar de lo que en aquellos tiempos se vivía. Ahora no se levanta cabeza. A pesar de ello, estoy convencido de que aún siendo cíclico el proceso de especies como la sardina, se volverá a pescar y a vivir mejor en nuestro sector.

-¿Tiene dudas sobre la formación de los marineros actuales?

-En absoluto. La formación es buena, pero los mejores marineros se fueron a sectores como la construcción y la hostelería, han permanecido años en ellos y, ahora que las cosas van mal, pretenden volver a la pesca pero sin la adecuación que proporcionan los años de oficio. Tienen problemas para la reintegración en el sector, porque no hay vacantes. Tienen muchas más formación que la gente de mis tiempos, cuando con veinte duros te ibas a A Coruña y venías con un certificado para poder enrolarte en cualquier barco. En mi época no había formación. Aprendías en el barco ola va y ola viene. Y ya no digamos en los casos de accidentes. Ni punto de comparación, a pesar de que la inexistencia de accidentes en la mar es algo impensable, hoy por hoy.

-Como patrón mayor de Malpica, como presidente de la Federación Provincial de Cofradías de A Coruña, ¿han sido buenas sus relaciones con la consellería del sector?

-Para ser políticamente correcto diría que han sido buenas, pero estos últimos años no fueron los mejores por los problemas derivados de las regulaciones de pesquerías. Por ejemplo, las del pulpo para el segmento de artes menores; las restricciones del jurel, para el cerco; por los recortes impuestos en la campaña de la xarda cuando no había motivos para ello. Desde los tiempos del tripartito, con Peña como conselleiro, la Administración pesquera gallega nunca fue fácil. No es una consellería fácil, y nosotros tampoco contribuimos a que lo sea. Creo que, en vez de protestar tanto, deberíamos saber protestar mejor para lograr soluciones a los muchos problemas que tenemos.

-¿Y con el Gobierno?

-Con el secretario general de Pesca, Carlos Domínguez, no tenemos ningún problema. Con Arias Cañete tampoco los tuvimos. Y con la actual ministra, como hay continuidad tanto en la política aplicada como en los cargos que la aplican, seguimos en la misma senda. Y es que, como es conocido, muchas de las soluciones tienen que venir de la UE. Se dieron millones de euros para los barcos y ahora tenemos barcos pero faltan Totales Admisibles de Capturas (TAC) y cuotas. La comisaria Damanaki ha sido un desastre total para la pesca gallega.

-¿Cuáles cree usted que deben ser los objetivos de aquellos que le sucedan en sus cargos?

-Primordialmente poder recuperar de una vez la estabilidad relativa y, por lo menos, incrementar TAC y cuotas, por ejemplo, en el caso de la xarda, que la hay en abundancia. Estoy convencido de que existe un empecinamiento absurdo con España, sin que se den cuenta de que cuanto menos pesquemos los españoles, más podrán pescar en el Cantábrico Noroeste los demás países. No es la solución. Y otra cuestión es la sardina, que se ve muy afectada por la contaminación del mar, pero más, si cabe, por la acción depredadora de los migrantes -medianos y grandes- como el atún rojo e incluso la merluza. Son especies devoradoras de sardina. Hace años que demandamos la aplicación de medidas para la protección de la sardina y lo único que hemos conseguido de la Unión Europea es la amenaza de establecer TAC y cuotas. La solución no es esta.