Un reciente decreto del Gobierno portugués prohíbe todas las artes de pesca de fondo -excepto el palangre, autorizado bajo determinadas condiciones- en una superficie de 2.280.000 kilómetros cuadrados -un territorio que abarca casi cuatro veces el tamaño de la península Ibérica y situado frente a la costa lusa- con el fin de promover la pesca sostenible y preservar los ecosistemas marinos profundos. Además, pretende contribuir al registro de información sobre los ecosistemas marinos vulnerables ya que establece la recogida obligatoria de muestras de corales y esponjas en caso de captura accidental.

El decreto aprobado será presentado en la próxima reunión de la Comisión de Ospar -que tiene por objeto prevenir y eliminar la contaminación, así como proteger el entorno marino del Noreste Atlántico de los efectos nefastos de la actividad humana- y que se celebrará en Cascais (Portugal) el último fin de semana de junio.