Los marineros gallegos supervivientes del naufragio del arrastrero luso "Mar Nosso" en el Cantábrico aseguran que el barco volcó alrededor de las once de la mañana del pasado jueves en el momento en el que intentaban introducir el aparejo a bordo, produciéndose un desplazzamiento de la carga tras un, afirman, inesperado golpe de mar. La desestabilización de la bolsa de pescado habría precipitado -según esta hipótesis que los cuatro marineros ofrecieron a los agentes de la Guardia Civil, que les tomaron declaración por separado-, que el barco escorase y volcase, "poco a poco", a veinte millas de la costa de Navia. El hundimiento se saldó con siete marineros heridos, tres fallecidos y dos desaparecidos a los que aún ayer buscaban los funcionarios de Salvamento Marítimo desplegados en la zona. Los supervivientes afirman que en el momento del siniestro el barco iba completamente vacío ya que hacía apenas cuatro horas que había zarpado del puerto de Avilés.

La Guardia Civil enviará un informe con los testimonios al Juzgado de instrucción 1 de Gijón, el que se encuentra de guardia esta semana. La magistrada titular de esta sala podría inhibirse en los próximos días a favor de los tribunales de Navia para que se hagan cargo de una investigación judicial que discurre paralela a la que están llevando a cabo la Capitanía Marítima de Avilés y la Comisión de Investigación de Accidentes Marítimos (CIAM). Mientras se intentan averiguar las causas del siniestro, los esfuerzos de Salvamento Marítimo se centran en encontrar los cuerpos del segundo patrón, Francisco Silva Santos, y del marinero Manuel Silva Carinha. Los compañeros de estos tripulantes contaban en las últimas horas que el primero de ellos -patrón de costa- se encontraba durmiendo en el momento del naufragio, por lo que su cuerpo podría encontrarse aún en el interior de uno de los camarotes del pecio, un arrastrero de 32 metros de eslora construido hace cuarenta años y matriculado en Viana do Castelo, al norte de Oporto y con base en Marín (Pontevedra).

El Helimer Cantábrico y el helicóptero Pesca II de la Xunta de Galicia, ayudados por el buque "Alonso de Chaves" y la salvamar "Capella" rastrearon ayer, durante horas, la zona del hundimiento, aunque sin resultado. Desde Salvamento Marítimo se asegura que los trabajos "no se van a interrumpir" a pesar de la dificultad que presenta la búsqueda. No en vano el "Mar Nosso" se hundió definitivamente alrededor de las siete de la tarde del jueves y actualmente se encuentra a 170 metros de profundidad. Lo que sí se descarta, al menos por el momento, es realizar inmersiones. "Agradecemos mucho a las autoridades españolas que sigan buscando, a pesar de ser Pascua ", decía el viernes en el tanatorio José Festas, de la asociación para seguridad en la pesca de Portugal.

En lo que respecta a los supervivientes, los dos primeros marineros que abandonaron el hospital fueron el patrón Álvaro González, visiblemente conmocionado según el portavoz de los armadores Juan Carlos Martín Fragueiro, y el portugués Sebastião Ferreira. Ambos salieron el viernes del Hospital de Jove por una puerta trasera evitando a los periodistas, apenas unos minutos antes de que hiciera lo propio Rafael Meijide, responsable de máquinas del barco, que tuvo que permanecer una hora más en el centro a la espera de que le realizaran una radiografía en la ingle, dañada tras el naufragio. Ya a las cuatro de la tarde, recibió el alta el único marinero que fue ingresado en Cabueñes, Francisco Albitres.

Tras conocer el suceso, el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, se ha mostrado "consternado" por el accidente y trasladó en un comunicado sus "más sentidas condolencias" a familiares y amigos.