Tres marineros portugueses murieron ahogados y otros dos permanecen desaparecidos al hundirse a veinte millas de la costa de Navia el arrastrero gallego "Mar Nosso", matriculado en Viana do Castel pero con base en el puerto de Marín. Otros siete tripulantes, cinco gallegos (dos de Marín, dos de Bueu y uno de VilagarcíaI) y dos portugueses, lograron sobrevivir tras permanecer unas dos horas en el mar a la espera de que llegase ayuda. Y es que el barco se hundió sin que se activase la radiobaliza de emergencia. La llegada de otro pesquero luso que faenaba en la zona, el "Mar da Galega", evitó que los supervivientes perdiesen también la vida. Se trata del segundo arrastrero gallego de bandera portuguesa que se hunde en la zona en el plazo de cuarenta días, después del naufragio del "Santa Ana", con ocho fallecidos y el tercer naufragio con tripulación gallega tras el hundimiento en la Ría de Vigo del "Mar de Marín" el pasado día 1.

El arrastrero "Mar Nosso", de 32 metros de eslora y construido hace 40 años, había partido del puerto de Avilés en torno a las dos y media de la madrugada para faenar en la última jornada de la costera de la xarda (caballa). En torno a la una de la madrugada había descargado en los muelles el pescado capturado en la jornada anterior.

El barco, patroneado por el buenense, residente en Seixo, Jesús Álvaro, y por el "costa" portugués Francisco Silva Santos, uno de los dos desaparecidos, se dirigió, a 5,7 nudos, hacia los caladeros situados frente a Luarca y Navia, conocidos como la "playa de Busto".

La última señal del pesquero se produjo a las once y catorce minutos de la mañana. Una media hora antes, el barco había cambiado bruscamente de rumbo. Como hipótesis, se apunta a un posible desplazamiento de la carga durante el izado de los aparejos. El buque llevaba en ese momento unas 100 cajas de xarda, según comunicó el patrón al armador poco antes del naufragio.

Cerca de la una y cuarto de la tarde, el "Mar da Galega" avistó el casco del "Mar Nosso", con la quilla al sol, expresión marinera con la que se indica que el barco está boca abajo. Siete marineros aún estaban vivos y fueron izados al "Mar da Galega", que lanzó de inmediato una señal de socorro. Otros pesquero que se encontraba en la zona, el "Kika", recuperó dos cadáveres. Un tercero sería encontrado por el buque de salvamento "Alonso de Chaves", poco antes de las siete de la tarde.

Los fallecidos son Antonio Abel Cascão Silva, Amérigo Suárez Regufe y José Estévez Faría. Aún no ha sido posible rescatar los cuerpos del ya citado Francisco Silva Santos ni de Manuel Silva Carinha. Todos proceden de la comunidad pesquera de As Caxinas, en las localidades portuguesas de Vila do Conde y Povoa de Varzim, donde ayer esperaban noticias las familias de los fallecidos, en la sede de la Associação Pró-Maior Segurança dos Homens do Mar (Asociación para una mayor seguridad de los hombres de la mar).

Cuatro de los marineros, que presentaban hipotermia debido al tiempo que permanecieron en el agua, fueron evacuados en helicóptero a los hospitales de Cabueñes y Jove. En el primero se encontraba el que presentaba un estado más grave, Francisco Manuel Alvite, de 55 años y vecino de Vilagarcía de Arousa. En el de Jove fueron ingresados el patrón de pesca del barco, Jesús Álvaro González, de 56 años y vecino de Marín, aunque natural de Bueu; Rafael Meixide Rodríguez, también de Marín, y el portugués Sebastião Ferreira.

Los otros tres tripulantes fueron evacuados por el helicóptero de la Xunta de Galicia al Hospital Comarcal de Burela, en Lugo. Aunque su estado físico era bueno -que no el psíquico, según indicó el gerente de la Asociación de Armadores de Buques de Pesca de Marín, Juan Carlos Martín Fragueiro, que acudió a visitarlos junto al armador Claudino González Covelo-, quedaron ingresados y recibirán el alta presumiblemente entre hoy y mañana. Se trata de José Martín Calo, de 53 años y vecino de Pontevedra; Francisco Pereira Iglesias, de 51 años y residente en Bueu, y el portugués Bernardino Augusto Korabicho, de 48.

Los armadores se desplazaron desde Marín hasta Burela y posteriormente a Gijón para visitar a los supervivientes. También les correspondió la penosa tarea de reconocer los tres cadáveres recuperados. La esposa de uno de los pescadores acudió al Hospital de Jove para estar cerca de su marido. Al patrón de pesca, Jesús Álvaro González, uno de los más afectados por la tragedia, apenas le quedan dos meses para jubilarse.

Poco después de darse la señal de alarma acudió a la zona la embarcación salvamento con base en Luarca, la "Salvamar Capella", así como el "Helimer Cantábrico" y la embarcación "Alonso de Chaves".Este barco intentó remolcar el arrastrero, pero éste se hundió definitivamente en torno a las siete de la tarde. Se cree que está a unos 170 metros de profundidad.

En Gijón preocupaba sobre todo el estado de salud de Francisco Alvite. Llegó con cuadro de hipotermia severo y fue necesario aplicarle calor envolviéndolo con una manta térmica. No obstante, su temperatura corporal no llegó a bajar de los 35 grados, según el jefe de la guardia, el doctor Herminio Martín. Permaneció consciente en todo momento.

A media tarde, se había estabilizado su situación médica. "Evoluciona bien y su pronóstico es bueno", explicó el consejero de Sanidad del Principado de Asturias, Faustino Blanco, tras visitarlo en la unidad de observación del Hospital de Cabueñes, donde estará ingresado hasta que "los médicos tomen una decisión clínica en función de cómo pase la noche" y "a la espera de que lleguen sus familiares".

Los cadáveres fueron trasladados al Instituto de Medicina Legal de Oviedo, donde está previsto que se practiquen las autopsias hoy por la mañana. Una vez se realicen las necropsias, los cadáveres serán trasladados a su lugar de residencia. Según indicó Juan Martín, el cónsul de Portugal, que está en León, espera recibir los permisos para repatriar los cuerpos.