Ninguno de los tripulantes rescatados del "Mar Nosso", que en las últimas horas llegaron a sus domicilios de Marín, querían hablar del asunto. "Está muy afectado, no quiere hablar con nadie", era el recado en el que coincidían los familiares de todos los marineros a las puertas de sus domicilios.

Incluso el armador del pesquero, Claudino González Covelo, empleaba la misma frase para rechazar cualquier declaración sobre el accidente. "Estoy muy afectado", dijo, tras negar con la cabeza una valoración del suceso y antes de cerrar la puerta de su finca de A Moreira, en Marín.

Los portavoces familiares de los tripulantes marinenses del "Mar Nosso" coincidieron también en señalar que los afectados no les comentaron nada sobre cómo sucedieron los hechos. "No quiere recordar ni hablar de eso, no nos lo cuenta ni a nosotros", fue la explicación que ofreció el hijo de Álvaro González, que tenía previsto jubilarse en junio, a las puertas de la vivienda familiar de la parroquia de Seixo.

En el mismo argumento convergía la hija de José Martínez Calo, en su domicilio del barrio marinense de San Pedro. "Físicamente está bien pero moralmente está muy afectado, tiene que pasar un tiempo para que hable de eso, que se calme un poco y más adelante ya comentará algo", explicaba la hija de Martínez Calo, a quien solo le falta un año para alcanzar la jubilación. "Con los nervios del momento mi madre le dijo que no quiere que vuelva al mar, pero quien sabe, más adelante y con más calma decidirán", añadía sobre este aspecto la portavoz de la familia.

"Hay que darse cuenta de que acaba de ver morir a sus compañeros y de que también él pensó que no volvería a ver a su familia", explicaba la hija del conocido contramaestre "Sesé".