La fragata de la Armada española Álvaro de Bazán regresó ayer a su base de Ferrol tras casi seis meses participando en el despliegue de la Segunda Agrupación Naval Permanente de la OTAN y realizando tareas de lucha contra la piratería en el océano Índico. La F-101 zarpó de la base gallega el pasado 4 de octubre, navegó más de 30.000 millas náuticas en 149 días de mar e hizo escala en 15 puertos de tres continentes.

El comandante y capitán de fragata José Enrique Delgado Roig destacó el importante trabajo desarrollado por las fuerzas militares para evitar la piratería en el Cuerno de África, en un escenario "complejo" y de "dimensiones increíbles" como el océano Índico, en el que aseguró que, aunque "parece sencillo tener controladas a las embarcaciones que pueden actuar como piratas, no lo es" y es preciso "un esfuerzo continuo y diario" de "las fuerzas militares y la comunidad mercante".

"Ahora mismo la piratería está contenida pero la labor día a día sigue ahí. Si las fuerzas militares se fueran de la zona, la piratería al día siguiente estaría en pie", afirmó el comandante.

Delgado resaltó el trabajo de las fuerzas militares que, sostiene, contribuyeron a la disminución "significativa" de los ataques piratas en los últimos años. "El último secuestro fue en mayo de 2012 y en estos seis meses sólo ha habido dos intentos por parte de piratas y han sido repelidos", señaló.