El siniestro del arrastrero de capital gallego -pero de bandera portuguesa- Santa Ana sorprendió enormemente al sector pesquero gallego. El embarrancamiento del buque -en el que fallecieron dos marineros, seis permanecen desaparecidos y solo hubo un superviviente- frente a la costa asturiana se produjo en una noche en que las condiciones meteorológicas y marítimas en aguas del Cantábrico eran favorables a la navegación, muy distintas a las registradas en las pasadas semanas con el tren de borrascas que azotó el litoral cantábrico. Ante esta situación, la hipótesis que cuenta con más adeptos entre los expertos es que el accidente se produjo por un error humano. Los datos más relevantes del suceso ocurrido frente al cabo Peñas (Asturias) son los siguientes:

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  • Momento del incidente. El arrastrero, propiedad de un armador de Muros, salía del puerto de Avilés y se dirigía al caladero para reanudar la pesca de xarda, especie que había estado capturando desde el inicio de la campaña, a finales de enero. Eran casi las 05.00 horas y el trayecto hasta la zona de pesca era de varias millas, por lo que lo más probable es que la mayoría de la tripulación se retirase a descansar y quedase una persona de guardia. Habitualmente los arrastreros como el "Santa Ana", explican representantes del sector, activan el piloto automático en los trayectos largos y los mandos permanecen atentos a cualquier incidencia.
  • Versión del superviviente. Los datos facilitados por el patrón de pesca del arrastrero a sus allegados indican que en el momento del siniestro se encontraba descansando en su camarote y que antes de acostarse dejó a varios tripulantes en el puente de mando. En ese momento el pesquero había abandonado ya el puerto de Avilés y ponía rumbo al caladero. El superviviente aventuró que "un fallo" al marcar la ruta de destino pudo provocar el embarrancamiento, al tiempo que destacó que el resto de la tripulación estaría también descansando, por lo que ningún marinero se habría percatado del error en su ruta hasta el momento del impacto contra las rocas próximas a la isla Erbosa.
  • Ruta seguida por el barco. Los datos registrados por el Sistema de Identificación de Automática (AIS) de buques muestran que la travesía realizada por el "Santa Ana" desde que abandonó las proximidades del puerto de Avilés fue en línea recta, sin ningún mínimo giro a babor o estribor. La información facilitada por el AIS revela que el pesquero salió de la dársena asturiana a alrededor de las 04.15 horas y que a las 04.40 realizaba el último giro rumbo noreste, dejando el faro de Avilés a su derecha, para iniciar la ruta hacia los caladeros. Unos cinco minutos después, a las 04.45 horas, el Santa Ana aumentó la velocidad -pasó de navegar a unos 5 o 6 nudos , a superar los 8 o 9- y su trayectoria pasó a ser ya en línea recta. A esta hora aproximadamente, según la ruta mostrada por el Sistema de Identificación Automática, debió ser el momento en el que los tripulantes activaron el piloto automático de la embarcación. A las 05.17 horas, último punto marcado en la travesía del arrastrero gallego, el barco ya se encontraba en el entorno de la zona rocosa de la isla Erbosa y a una velocidad de 9,1 nudos, por lo que justo antes del impacto no hubo ni reducción de velocidad ni cambio de dirección de la embarcación. Estos datos refuerzan la hipótesis del único superviviente del "Santa Ana" de que el fallo pudo partir de una mala planificación en la ruta del pesquero y de que toda la tripulación estaba descansando, por lo que nadie se percató de que se acercaban a una zona peligrosa.
  • Dotación durmiendo. Los responsables del dispositivo de búsqueda organizado tras el siniestro del arrastrero con base en Matosinhos (Portugal) y distintos representantes del sector pesquero gallego consideran muy probable que los seis marineros que continúan desaparecidos se encuentren en el interior del barco. Entienden que estarían en sus camarotes en el momento del incidente y que no les dio tiempo a abandonar la embarcación para ponerse a salvo.
  • Barco moderno. Un representante de la empresa armadora del buque, la lusa Pescas Balayo, aseguró ayer que el Santa Ana "es uno de los navíos más modernos de toda la costa portuguesa". Armando Soares explicó a Efe que el arrastrero -de 35 metros de eslora- se construyó en 1980 y quedó "deteriorado" tras permanecer amarrado a puerto y sin actividad durante años. Sin embargo, entre 2010 y 2011 fue sometido a una intensa reforma para dotarlo "del equipamiento más moderno". "Actualmente trabajaba en la pesca de la xarda (o caballa) en Asturias pero también faenaba en aguas de Galicia o Portugal en función de la época del año", remarcó Soares. La empresa lusa, propiedad de un armador de Muros, cuenta con tradición pesquera y con más buques, como el Ciudad de Albufeira, que alertó de la emergencia al ver que no conseguía contactar con la tripulación del "Santa Ana".