La flota gallega del cerco "se muere" si no se modifica el reparto de cuotas de xarda y jurel. Armadores de Pontevedra, A Coruña y Lugo acordaron ayer, en una asamblea celebrada en Portosín, continuar con el amarre "forzoso" para protestar contra este sistema de reparto. "No estamos amarrados por el mal tiempo", aclaró el patrón mayor de Portosín, Eduardo Carreño, en referencia a las declaraciones de la conselleira do Mar, Rosa Quintana, que aludió al temporal como la causa del parón de la flota. El sector ha reclamado su reprobación por la "mala gestión" que ha hecho ante este problema, y piden un encuentro con la conselleira para "este viernes o el sábado". "Estamos preocupados y no vemos una salida. Si la Xunta y el Gobierno de Madrid no ayudan, el sector se muere", incidió el portavoz del cerco en el sur de Galicia, Víctor Muñiz.

La asamblea aprobó un manifiesto de cinco puntos, entre los que está el de continuar con el amarre y la petición para reprobar a Quintana. Además demandaron la dimisión del presidente de la Federación Galega de Confrarías de Pescadores, Benito González Sineiro, al no sentirse representados. "Van a lo fácil, que es pedir mi dimisión", respondió el máximo responsable de los pósitos gallegos. González asegura que la federación dio la cara por el cerco. "Yo defiendo al sector lo máximo que se puede", replicó. El presidente de las cofradías mantuvo ayer un encuentro en Madrid con el secretario general de Pesca, Carlos Domínguez, a quien trasladó el sentir de la flota y el amarre de prácticamente el 100% de los buques del cerco. Domínguez no ofreció ningún compromiso.

"Pedimos también que todos los concellos que tengan barcos de cerco aprueben una moción en apoyo a la flota, sean del partido que sean", ahondó Carreño. El nuevo sistema de reparto individual provoca, según los armadores, que un marinero gallego pueda faenar 1,2 toneladas de xarda, por las 3,8 toneladas de uno del País Vasco. "Nosotros pagamos igual los seguros, los impuestos... todo". El sector quiere llamar la atención sobre un problema que, expone Víctor Muñiz, excede a la actividad extractiva. "Esto afecta a los frigoríficos o a los fresqueros, es un panorama desolador". El quinto y último punto que suscribieron ayer los responsables del cerco en asamblea fue solicitar el apoyo de los armadores de otras flotas para que se sumen al paro a fin de hacer músculo frente a la propuesta de reparto del Ministerio.

"Quien negoció esto en diciembre no lo hizo bien", ni por parte de la federación de cofradías ni, condenan los armadores, por la del Gobierno. "El secretario general de Pesca -por Carlos Domínguez- no sabe dirigir el sector". La problemática del cerco ha puesto de manifiesto, a ojos del sector pesquero, el problema que supone que el Ejecutivo central "ni siquiera tenga un ministerio de pesca. La conselleira Rosa Quintana reclamó ayer "tranquilidad y serenidad" a la flota porque "no hay necesidad de ir contra nadie". "Estamos todos en el mismo barco", defendió.

La flota asegura que son 154 los buques de cerco amarrados, "el 100%", y continuarán así hasta que no se alcance una solución. Solo en el puerto de Vigo desarrollan su actividad 33 barcos cerqueros, que emplean a casi 400 trabajadores a bordo. Su volumen de negocio, según los cálculos de la Asociación de Armadores de Vigo (Arvi), supera los 7,2 millones de euros al año.