La flota que opera en el puerto de Vigo sufrió un total de 129 desguaces entre los años 2009 y 2012. Esto es lo que se desprende estudio llevado a cabo por la Cooperativa de Armadores de Vigo en colaboración con la Autoridad Portuaria de Vigo publicado en el libro "El sector pesquero en Vigo: Evaluación de su impacto socioeconómico", presentado en la mañana del viernes en la ciudad olívica.

Los datos que más destacaron durante el acto de la publicación fueron los relacionados con el empleo, directo e indirecto, o el volumen de negocio que genera la pesca. Sin embargo, un dato muy llamativo y que adquiere importancia por estar tan de actualidad, es el número de embarcaciones que fueron desguazadas en este período.

Divididos entre la variada tipología de barcos, un total de 129 buques fueron desmontados a lo largo de tres años, siendo la flota que más lo sufrió la de artes menores, con un total de 41. "Sin embargo, esta cifra no es muy importante, ya que se había visto reducida en un importante número de buques entre el 2000 y el 2007", explican en la publicación, al tiempo que indican que los principales motivos fueron "el abandono de la actividad por parte de pescadores que alcanzan la edad de jubilación, falta de rentabilidad económica, retirada de unidades obsoletas y ajuste de la flota a las posibilidades del caladero".

La siguiente en número es la flota de arrastre de Gran Sol. Con un total de 19 buques, es una de las más afectadas debido a las posibilidades pesqueras que se asignaron a España en la adhesión a la Comunidad Europea y las sucesivas reducciones de TACs y cuotas.

Por su parte, la reducción de cuotas sumada a "la necesidad de concretarlas en un menor número de buques" es lo que hace que la flota de arrastre de litoral sufriera 18 desguaces. "Se trata de una reducción considerable que ha contribuido a ajustar la capacidad de pesca a las posibilidades de esta pesquería", concretan en la publicación.

Con 10 reducciones cada una, las flotas de cerco y de palangre de Gran Sol también vieron mermadas sus flotas. En el primer caso, la obsolescencia de las unidades desguazadas, que hacía inviable la continuidad de la explotación, fue el principal motivo de los desguaces. Por contra, de nuevo las cuotas son el principal motivo del merme de una flota en la que se ha producido una reducción de flota del 21,17% en los últimos cuatros años si sumamos estos a los del arrastre.

Con 9 desguaces empatan también la flota que trabaja el pez espada en el Atlántico Norte y "otro tipo de flota de litoral." La saturación del mercado obligó a la reducción de los buques espaderos, aunque en relación al tamaño de la flota, no fue muy numerosa. Por otro lado, el impacto de la paralización definitiva en el caso de los otros barcos que actúan en el litoral es el mismo que los que realizan artes menores, una fuerte reducción entre los años 2000 y 2007 por jubilaciones, falta de rentabilidad económica, retirada de unidades obsoletas y ajuste de la flota a las posibilidades de la pesquería.

Por parte de la flota de arrastre congelador, seis buques de la N.A.F.O. (Organización de la Pesca del Atlántico Noroccidental) fueron desguazados para "acumular derechos en otros buques de la empresa o bien de barcos de otros caladeros que se hayan obsoletos".

La reducción para las embarcaciones de palangre espada congelador fue de cinco, aunque no es un número muy alto en relación con el volumen de la flota. Se debe, principalmente, a la saturación del mercado con este producto y la falta de capacidad de renovación de los buques.

Por último, la flota de bacaladeros, al tener que pasar de pescar de dos en dos a realizar arrastre individual, se procedió a desguazar varios barcos que formaban la pareja. Sin embargo, entre el 2009 y el 2012 solo fueron desguazados dos buques.