La Universidad de Santiago de Compostela participa en un proyecto europeo que busca retrasar lo máximo posible la incrustación de bacterias y otras sustancias que se adhieren a las partes de las embarcaciones que se encuentran bajo el agua, para así conseguir un ahorro económico importante en el empleo del combustible y al no tener que sacar los barcos fuera del agua para su limpieza con la frecuencia actual.

El proyecto se llama "ByeFouling" (un juego de palabras en el que se quiere decir "adiós" a las "bioincrustaciones") y está financiado por la Unión Europea con 7,5 millones de euros. En él participa el grupo de Acuicultura Mariña e Biotecnoloxía del Departamento de Microbioloxía e Parasitoloxía de la USC, además de otros 18 grupos de investigación y empresas de Noruega, Alemania, Bélgica, Suecia, Israel, Grecia, Portugal y Malta .

Coordinados por la profesora Ana Otero, intentarán buscar una vía para crear sustancias no tóxicas para en un futuro aplicar a las pinturas empleadas en los barcos. "Se trata de un problema económico muy grande, dado que hay que sacar los barcos del agua para su limpieza", indica Otero sobre un fenómeno que es responsable de la pérdida anual de millones de euros ya que, además, ocasiona un incremento de hasta un 40% en el consumo de combustible y, por tanto, una mayor emisión de CO2.

Este grupo de la USC aportará su experiencia en sus dos principales líneas de investigación: la biotecnología de microalgas y la comunicación bacteriana. Por una banda, realizarán estudios de presencia de biocidas en la biomasa de microalgas marinas y, por otra, buscarán nuevos compuestos inhibidores de la comunicación que bloqueen la formación de las biopelículas bacterianas y que son la primera fase del proceso de bioincrustación.

"Si retardas que se peguen las bacterias, también se retardará que lo hagan luego las algas y finalmente los mejillones o lapas", concreta la profesora.