Los tres piratas somalíes acusados en EE UU de asesinar a cuatro ciudadanos estadounidenses en un yate en el Índico en febrero de 2011 evitaron ayer la pena de muerte y fueron condenados a cadena perpetua por un jurado federal en Virginia.

Los fiscales habían pedido la pena de muerte para Ahmed Musa Salad, Abukar Osman Beyle y Shani Nurani Shiekh Abrar, quienes acabaron a balazos con la vida de los dueños del barco, Scott Adam, de 70 años, y Jean Adam, de 66; así como con la de sus amigos Bob Riggle y Phyllis Macay, de 67, quienes le acompañaban en su travesía a Nueva Zelanda.

Estos fueron los primeros estadounidenses muertos a causa de la piratería marítima somalí en el Cuerno de África, que ha disminuido significativamente desde entonces por la intensificación de las patrullas navales internacionales.