La propuesta inicial de la Comisión Europea era la de alcanzar el Rendimiento Máximo Sostenible (RMS) en todas las pesquerías en 2015. Esto es, el tope máximo de capturas aceptable para no comprometer la viabilidad de los recursos marinos. Pero la falta de información científica sobre el estado real de muchas especies crispó al sector. La Asociación de Armadores de Vigo (Arvi) ha sostenido que la UE desconoce cómo se encuentra el 54% de los stocks y que, por lo tanto, es imposible que se pueda establecer una reducción de cuotas sin una base científica. El texto final de la Política Pesquera Común (PPC) establece que, por regla general, se deberá alcanzar el RMS en todas las especies en 2015 "cuando sea posible", y en todo caso nunca se podrá ir más allá de 2020.

Eso sí, el documento aprobado la pasada semana reconoce en cierta medida el grado de desconocimiento que existe sobre la salud de los stocks. "Donde los objetivos para el rendimiento máximo sostenible no se puedan determinar debido a la escasez de datos, los planes plurianuales (de pesca) tendrán en cuenta unas medidas basadas en el principio de precaución, lo que garantiza al menos un grado comparable de la conservación de las poblaciones" pesqueras.

Asimismo -y más relevante para la flota gallega de Gran Sol- Bruselas accede a tener en cuenta la complejidad que supone alcanzar el RMS en pesquerías multiespecíficas, puesto que en la red pueden capturarse especies cuya sostenibilidad no peligra y otras que sí estén en riesgo. Para evitarlo se compromete a analizar científicamente las pesquerías mixtas, donde el grado de desconocimiento es muy elevado.