A la gran inquietud creada en el sector pesquero español, mayoritariamente gallego, por la reciente retirada del permiso de exportación de productos pesqueros a Rusia. Bielorrusia y Kazajstán (Unión Aduanera) a decenas de empresas transformadoras y buques pesqueros hasta que acrediten el cumplimiento de su normativa sanitaria, ahora el sector afronta un nuevo sobresalto, que llega en este caso desde China. Y es que desde este mismo mes de mayo, el gigante asiático también exige a las empresas pesqueras exportadoras -frigoríficos o conserveras- y también a los barcos pesqueros que las abastecen estar incluidos en la lista de establecimientos autorizados de acuerdo con el cumplimiento de la normativa sanitaria del país asiático.

En la lista actual figuran 244 establecimientos españoles y, entre ellos, una treintena de barcos, en su mayoría gallegos.

Y, ahora, la flota excluida -en su mayoría, gallega- tras no acudir al primer proceso de regularización abierto por las autoridades españolas, intenta conseguir su autorización para no ver limitado el acceso de su producción al mercado chino. Es el caso del centenar largo de palangreros de superficie y de más de una decena de arrastreros congeladores, de acuerdo con los datos aportados desde la Cooperativa de Armadores de Vigo por su director gerente, José Ramón Fuertes, quien señaló, en coincidencia con Javier Garat, el secretario general de la patronal pesquera española Cepesca -que actúa como la organización interlocutora de las autoridades españolas-, que confían en que se pueda resolver pronto el problema planteado con la aceptación por parte de China de la lista de buques interesados en acceder a su mercado pesquero.

El propio Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama), precisó ayer a este diario que se avisó al sector durante un año de las nuevas exigencias chinas para lo que los interesados deberían haberse apuntado en la lista abierta a tal efecto y que, ahora, se ha abierto "una segunda ronda" para las empresas que no accedieron a la primera lista. "Cuando se cierre, se enviará a las autoridades chinas que tendrán que comunicar su respuesta", precisó el Magrama.

Desde la flota, sin embargo, se matiza, "sin querer eludir responsabilidades" que durante ese año no fue interlocutor del Ministerio para esta tramitación, como ocurrió con la industria transformadora, como la frigorífica o la conservera. "Tenemos toda la voluntad de normalizar esta situación y que los barcos puedan contar con esa autorización porque siempre es bueno tener abierta la puerta de todos los mercados", señaló Fuertes.

Desde la industria conservera, mientras tanto, su secretario general, Juan Manuel Vieites, señaló que aunque a su sector las nuevas exigencias chinas no le suponen un gran problema dada la escasa receptividad de su mercado a la producción conservera, estas trabas muestran "el gran proteccionismo de algunas economías, sobre todo, de las emergentes, frente a las "facilidades que la UE da a los terceros países". Por ello y para evitar problemas en las exportaciones como los surgidos con Rusia, Vieites aboga por "normas y estándares internacionales, de obligado cumplimiento en y por todos los países por igual, es decir, igualdad de condiciones para todos".

Las exportaciones pesqueras españolas a China superan las 11.000 toneladas al año, según datos publicados por el propio Magrama. Según el sector, las exportaciones mayoritarias proceden de la flota palangrera, como tiburón o pez espada.