El Instituto de Investigaciones Marinas de Vigo (perteneciente al CSIC), la Facultad de Veterinaria de la Universidad de Santiago de Compostela y la Cooperativa de Armadores del Puerto de Vigo (ARVI) han desarrollado una nueva estrategia de conservación que prolonga la vida útil del pescado capturado en lugares lejanos, permitiendo que puedan pasar hasta dos semanas hasta que se descargan y comercializan.

La investigación, realizada entre diciembre de 2010 y diciembre de 2012, se ha centrado en las especies de gallo y merluza del caladero del Gran Sol, si bien el método descubierto puede ser utilizado en otras especies. Para llevar a cabo la iniciativa se ha contado con financiación de la Xunta y de ARVI.

En la actualidad, la conservación de especies marinas a bordo se realiza fundamentalmente con hielo tradicional, un método práctico pero que, según explica el profesor del CSIC Santiago Aubourg, "no resulta eficaz en todos los casos y podría optimizarse".

Así, se ha conseguido desarrollar una nueva estrategia que también emplea hielo tradicional, pero, además, incorpora ácido cítrico y láctico, dos ácidos naturales conocidos por sus propiedades antioxidantes y antimicrobianas y por ser de fácil disponibilidad y bajo precio.

El equipo científico desarrolló experimentos en laboratorios de Vigo y Lugo y también en alta mar, en el caladero de Gran Sol. Así, han realizado distintos análisis de calidad, con métodos sensoriales, microbiológicos y químicos aplicados a muestras de gallo y merluza.

Mayor vida útil

Según indica el CSIC, "los resultados han sido altamente satisfactorios" ya que han constatado que incluyendo los dos ácidos en el hielo de refrigeración se consigue disponer de un tiempo útil cuatro días superior al que se logra solo con el hielo.

La estrategia puede ser aplicada en todo tipo de especies marinas, si bien se debe optimizar la concentración de ácido a emplear según cada caso.

Los científicos de CSIC, USC y ARVI destacan que la aplicación por parte de barcos y empresas aporta beneficios al consumidor, pues podrá disponer de un producto con menor pérdida de frescura y mayor calidad, y al propio sector extractivo, ya que le permitirá aspirar a precios más competitivos.

Este grupo de trabajo colabora actualmente en el desarrollo de un sistema integral de valorización de langostilla refrigerada y congelada de Gran Sol, que también financia la Xunta. La iniciativa incluye la puesta en marcha de técnicas de conservación, para lo que podrá aprovechar la experiencia adquirida en los casos de la merluza y el gallo.