Los candidatos de PSOE, PP, BNG y Marea cumplieron con el mandato no escrito, pero imprescindible, de dedicar la jornada de reflexión a la familia después de dos semanas con una agenda trepidante en la que apenas han tenido tiempo para sus más allegados. El sol facilitó que los líderes locales pudieran desayunar o tomar el aperitivo de terraza y salir al parque o a dar un paseo tranquilo.

Abel Caballero cumplió casi punto por punto con el guión de 2011. A primera hora se fue a hacer la compra con su mujer, Cristina, y de inmediato se traladaba a Castrelos para oficiar dos bodas civiles. Tras las fotografías de rigor con los invitados, había quedado con unos amigos para tomar el aperitivo en Navia. Pero no todo fue ocio. Reservó la sobremesa para reunirse con el equipo de campaña y de ahí se fue hacia Balaídos. "Es un día importante. Despedimos a nuestro capitán, a quien considero un amigo y se merece el apoyo de toda la ciudad", explicó el socialista. Para hoy solo tiene un mensaje: "Siento más ilusión que nunca por este proyecto y pido a todos que voten".

Elena Muñoz tenía ya ganas de pasar tiempo en familia. Aprovechando la buena temperatura optó por ropa cómoda y ayer a mediodía dio un paseo por el Lagares junto a sus padres y su perra Canela. Con buen ritmo, la candidata del PP concluyó una mañana de deporte y aprovechó más tarde para tomar algo con unos amigos. "Eché de menos a mis hijas", explicaba a media tarde antes de entrar a animar al Celta. Muñoz se mostraba tranquila y "satisfecha". "Hemos aprovechado cada minuto de la campaña para explicar nuestro proyecto a los ciudadanos. Les pido a todos que acudan a votar y opten por el cambio", concluyó.

Serafín dedicó la primera parte del sábado a sus compañeros de lista para planificar las visitas de hoy a colegios electorales para luego centrarse en la familia. "Los eché de menos. El trabajo empezó mucho antes de la campaña y el poco tiempo que uno pasa en casa tiene que seguir leyendo y preparando cosas", reconoció. Respecto a la jornada electoral se mostró "optimisma". "He visto a una organización viva y tengo ganas de que pase el día para el lunes empezar a trabajar por la ciudad", explicó.

Rubén Pérez, que disfrutó de su primer sábado libre desde el mes de diciembre, pasó la mañana "ordenando la casa" y tras reunirse con los apoderados y dejar dormir la siesta a su hija, se trasladó a la Alameda de Bouzas a tomar algo con amigos y compañeros de la Marea. "Tenemos buenas perspectivas. Me recuerda a la campaña de AGE en 2012", apuntó Pérez.