Menos un Renault dos caballos del que dispuso por motivos familiares, el resto de coches que ha tenidoel candidato nacionalista a lo largo de su vida han sido de la marca Citroën: un GS, un Xsara, un C3 y el actual, un C4 negro. Confiesa que se trata de una "obsesión" para apoyar a una empresa que da empleo en la ciudad.
Por su actividad sindical, en las últimas tres décadas, Serafín Otero hizo muchos kilómetros. "Me gustaba desplazarme yo hasta las empresas, en vez de que los trabajadores vinieran a la central", cuenta. Suma también las habituales visitas los locales de la CIG en A Gurada, Porriño y O Morrazo o a Santiago. Con el C4, ha hecho 128.000 kilómetros en seis años. Su maletero va cargado de cosas. Lleva libros, ropa por si surge algún imprevisto -camisetas negras, que son sus predilectas- y alguna herramienta. Mientras no sean cuestiones complicadas, le gusta reparar él mismo el vehículo.
Ahora que ha dejado la Secretaría comarcal de la CIG para asumir el liderazgo del BNG local y su actividad se centra más en la ciudad, se pone mucho menos al volante. "Estoy usando más el autobús", asegura y cuenta cómo ha echado mano de él yendo "de entrevista en entrevista". Para los días que no llueva, se está planteando comprar una bicicleta con motor.
