- ¿Es mejor su relación con la Xunta de Galicia ahora que varios profesores de la Universidad de Vigo ocupan altos cargos en la Administración?

- En ese sentido también estamos normalizando la situación. La presencia de gente cualificada en una materia determinada dentro del gobierno de un país es lógica. Lo extraño es que no hubiese ocurrido hasta ahora. El hecho de que profesores universitarios vigueses estén en la Xunta no se notará en los temas importantes, pero, al revés, ellos saben que pueden confiar en nosotros.

- ¿Diría que en estos años la ciudad de Vigo y su campus están más conectados?

- La relación entre las personas e instituciones no siempre depende de la cercanía. Puedes vivir al lado de otra persona, o puerta con puerta, y no tener relación alguna con ella. Si nuestros proyectos tienen fuerza y calidad, crecerán de manera natural en el campus, sin que para ello representen un problema los 12 kilómetros de distancia. Por cierto, recomiendo la experiencia de subir una buena mañana de sábado o domingo al campus. Está cada vez más llena de ciudadanos que acuden a pasear, a hacer deporte o a enseñar nuestra arquitectura. Es una auténtica satisfacción. Un lugar público, abierto, cuidadoso con el espacio, agradecido para el disfrute de los ciudadanos: un espacio en la ciudad para todos sus habitantes.