El Concello de Vigo podrá asumir las competencias de gestión de los nuevos radares de control de velocidad en este mismo mes de marzo. Así lo aseguró ayer el concejal de Tráfico y Seguridad de Vigo, Antonio Coello, quien recordó que hasta que la Dirección General de Tráfico no ponga estos mecanismos a disposición del ayuntamiento, éstos no se podrán poner en servicio de manera definitiva.

La consecuencia inmediata es que estos dispositivos no estarán operativos, casi con toda probabilidad, hasta después de las elecciones municipales de mayo ya que todavía quedarían por impartir los cursos de formación para los agentes de la Policía Local. Además, el Concello había asegurado que antes de proceder a sancionar, se dejaría un periodo de un mes de prueba en el que simplemente se notificaría la multa al infractor, aunque sin llegar a ejecutar su cobro.

El concejal agregó que "estamos en la última fase" y recordó que "hace 48 horas que hablé con los responsables de la DGT y me informaron de que, a falta de pequeños retoques puntuales en las cabinas y alguna que está rota por vandalismo, están a punto de hacer la entrega definitiva aunque, de momento, los radares no son de nuestra propiedad".

Por otro lado, insistió en que que "las sanciones son necesarias, pero no con afán recaudatorio sino para conseguir que Vigo tenga salud en seguridad vial". Las cabinas para los radares están ya instaladas en los túneles de Orillamar (3), en Beiramar, en el cinturón, Avenida de Europa, Samil y las carreteras a la universidad y a Vincios.

Además, el edil destacó también la mejora en el comportamiento cívico de los conductores lo que repercute en la disminución del número de accidentes. "En los últimos dos meses no ha habido consecuencias lamentables", apuntó. Asimismo, Coello expresó su deseo de que "con todos los medios podamos tener en unos años unos conductores mejores y la ciudad se convierta en un modelo en el respeto a las normas de seguridad vial".

Parámetros europeos

Por último, el responsable municipal de Tráfico recordó que "hace años tenía compañeros que venían a la ciudad y decían que era un caos. Ahora se está mejorando en la conducción y evitando los estacionamientos irregulares lo que significa que nos estamos adecuando a los parámetros de seguridad europea".