"Me temblaban las manos, casi no era capaz de escribir y tenía problemas con la respiración". Una estudiante viguesa de tercero de Telecomunicaciones recuerda cómo era su estado de ansiedad a la hora de enfrentarse a un examen antes de recurrir al Gabinete Psicopedagógico.

Los "desastrosos" resultados del primer cuatrimestre del curso pasado le hicieron replantearse sus hábitos. "Sólo aprobé una materia de cuatro y yo me esfuerzo bastante, por lo que pensé: o hay un problema o es que no sé estudiar. Por casualidad vi en internet el servicio del gabinete y les mandé un e-mail", explica esta joven de 23 años que prefiere permanecer en el anonimato porque a ningún compañero, ni siquiera a su padre, les ha dicho que acude al gabinete."Sólo lo saben mi madre, mi hermana y una amiga con la que fui el primer año. No me debería importar el qué dirán pero..."

La psicopedagoga le enseñó técnicas de estudio y a aplicarlas: "Y también de relajación porque soy una persona muy nerviosa". Los resultados cambiaron ya en el segundo cuatrimestre, cuando aprobó seis exámenes de siete, aunque ella también lo atribuye a que las asignaturas presentaban una menor dificultad.

De cualquier forma, su carrera es de las que registran mayores índices de fracaso. "Llegamos con notas altas y el primer año es un golpe fortísimo, a casi todos nos va bastante mal. Yo no había suspendido nunca una asignatura", comenta.

En el gabinete le enseñaron a estudiar: "Te das cuenta de que no aprovechas el tiempo ni tus cualidades. Y tampoco me evaluaba correctamente antes del examen". Los profesores, en su opinión, también tienen parte de culpa: "Son elegidos por su expediente, pero eso no significa que vayan a ser buenos docentes".

A pesar de que su mentalidad ya es otra sigue acudiendo al gabinete para hacer un seguimiento cada tres semanas o una vez al mes. "Antes siempre lo veía todo mal y ahora me ha cambiado el punto de vista. Me veo más optimista y tengo más confianza en mí misma", destaca.

Ahora no se le ocurriría levantarse y abandonar otro examen. Su lema es "voy a a hacerlo y a dar todo lo que puedo".

El próximo curso se va de "erasmus" y aunque cree que se hubiera decidido sin acudir al gabinete vivirá la experiencia "mucho más segura".