Carlos García Machuca / VIGO

Vigo recuperó su Batalla de Flores congregando a una multitud de personas -ochenta mil, según la Policía Local-, que disfrutaron del colorido y la espectacularidad de las diez carrozas que tomaron parte en el desfile. Una tormenta de confeti y serpentinas nubló el cielo al paso de las plataformas y cubrió el asfalto de García Barbón y Policarpo Sanz con una alfombra multicolor que hizo las delicias de los más pequeños.

La alcaldesa de Vigo, Corina Porro, que estuvo acompañada por el vicepresidente primero de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, y por varios concejales del grupo municipal del PP, procedió a la suelta de 2.005 globos de diversos colores -que finalmente no fueron blancos, rojos y azules, como se había anunciado-, en un acto que simbolizaba el inicio de "Vigo 2005", programa encaminado a relanzar la salida, en noviembre, de la Vuelta al Mundo de Vela.

Pinchazo

Con un ligero retraso, provocado por un inoportuno pinchazo en uno de los remolques, las carrozas preparadas por el Ayuntamiento -patrocinada por FARO DE VIGO y la promotora ING Real Estate-, Caixanova, El Corte Inglés, Coca-Cola, Alcampo, Caixa Galicia, Gadisa, Fundación Celta, la firma carrocera ourensana Con+Arte y Cespa -concesionaria del mantenimiento de los parques y jardines de Vigo- recorrieron los apenas ochocientos metros del recorrido lanzando confeti mediante cañones que lo despedían a quince metros de altura y que provocaron el aplauso y la admiración de grandes y pequeños. Algunos de los presentes, como es el caso de Agustín Vilasánchez, un vecino del barrio vigués de Casablanca, recordaba cómo "este desfile es aún más espectacular que los de hace treinta años, ya que aquéllos eran más artesanos y éstos, por contra, cuentan con más y mejor tecnología".

En el rostro de este jubilado de 68 años se reflejaba la satisfacción de haber contemplado un espectáculo que le evocó grandes recuerdos del pasado. Por eso, no es extraño que exclamase: "¡Ya era hora que se decidieran a recuperar algo tan bonito como esto!".

Menos veterano pero igual de satisfecho que el anterior estaba Adrián Orozco, un cubano que disfrutó de la Batalla de Flores con su hija de 6 años: "Nos lo hemos pasado a lo grande. Yo he visto los desfiles del Carnaval de Vigo y, sinceramente, éste los supera ampliamente", aseguró rotundo.

Añoranza

Por su parte, Dolores Rosa Ballesteros, vecina de A Guía de 62 años, sólo añoraba de las batallas de antaño "las sillas y palcos que se montaban en las aceras, que permitían disfrutar del desfile con gran comodidad". Según esta mujer, "esta fiesta es estupenda y nunca debieron eliminarla del calendario". Y mientras hacía estas declaraciones, sus manos asían fuertemente varias serpentinas que no dudó en tirar -salvo una, que guardaba para su nieta- al paso de las comitivas.

Entre las carrozas destacó sobremanera la preparada por Cespa con flores y elementos vegetales naturales. Un imponente camión Scania 530, capaz de transportar hasta 40.000 kilos de carga, arrastraba un remolque de 14 metros decorado con 15.500 flores naturales "pinchadas una a una", resaltó ufano Javier David, encargado general de la adjudicataria del servicio municipal.

En suma, veinte días de trabajo para confeccionar una carroza que contaba con delfines realizados con seto natural -que simbolizaban el rapto de la diosa Europa-, un barco de 2 metros de alto por 1,5 de ancho y un acantilado sobre el que rompía una gigantesca ola hecha con claveles. Hasta el camión, que hizo sonar en varias ocasiones su atronadora bocina, llevaba una profusa decoración vegetal a base de hiedra.

En todas las plataformas, los niños fueron los auténticos protagonistas, arrojando confeti y serpentinas en todas las direcciones. También una treintena de zancudos portugueses vestidos de marineros -pertenecientes a la compañía de animación Ases na Manga, de Braga- divirtieron a los más pequeños con sus equilibrios y posturas imposibles.

Durante el recorrido, atestado de público, cualquier lugar en alto se convertía en improvisada terraza desde la que disfrutar del espectáculo. Así, el gentío aprovechó las escaleras que comunican Alfonso XIII con García Barbón, la escalinata de la iglesia de Santiago el Mayor o la entrada principal del edificio de Caixanova para convertirlas en graderíos donde no cabía ni un alma más. Y los escasos bancos públicos del recorrido, incluidos los de las paradas del Vitrasa, estuvieron ocupados desde una hora antes del inicio de la batalla.

Un dispositivo formado por cuarenta agentes de la Policía Local, una ambulancia y más de doscientos voluntarios -pertenecientes a la Federación de Peñas Recreativas "El Olivo" y a la Agrupación de Centros Deportivos y Culturales organizadores- velaron por la seguridad de la Batalla de Flores, que se cerró sin ningún tipo de incidente.

Corina Porro, visiblemente feliz por el desenlace del desfile, enmarcaba éste dentro de la intención de su grupo de gobierno de "recuperar las señas de identidad de Vigo, como se ha hecho con la farola de Urzáiz o se hará con la pérgola de Bouzas, el Casco Vello o los edificios emblemáticos de la ciudad".

La regidora anunció que el próximo acto relacionado con la Vuelta al Mundo de Vela será el 10 de junio, cuando se produzca la botadura en la ciudad del velero español que tomará parte en la competición transoceánica, que se espera que llegue a Vigo el día 4 del mes que viene.

A la conclusión del multitudinario desfile, cuatro camiones de riego, dos barredoras mecánicas y veinte operarios iniciaron la limpieza del mar de papel en que quedó convertido el recorrido. Su trabajo, sin embargo, se vio dificultado por la incomprensible apertura al tráfico del tramo.