Un desencuentro por el acceso de mascotas a las playas de Foz y Calzoa acabó con una denuncia por agresión ante la Policía Nacional. Un vecino de la zona de 72 años acudió a Comisaría en la madrugada del sábado tras ser atendido en el Hospital Povisa de las heridas provocadas por un perro que le mordió en la mano así como de las contusiones provocadas por las patadas que le propinaron un grupo de usuarios de los arenales.

Los hechos se produjeron a última hora de la tarde del pasado viernes, el mismo día que entraba en vigor la entrada de perros en las dos playas durante la temporada de verano. Los accesos y las zonas autorizadas para los canes están convenientemente señalizadas, pero desde la Asociación de Vecinos de Coruxo denuncian que los propietarios no los respetan.

Según explica el vecino presuntamente agredido, tras comprobar que varios perros incumplían los límites se acercó al arenal para sacarles fotos, momento en el que sus propietarios comenzaron a increparlo y "azuzar" a las mascotas. Uno de los canes lo mordió en el dedo meñique de una mano y, en ese momento, intentó activar el vídeo de la cámara para grabar la agresión pero los dueños -un señor y dos personas más jóvenes- se acercaron para impedírselo.

"Me tiraron al suelo y empezaron a darme patadas hasta que dos vecinos salieron a ayudarme. Cuando fui a coger la cámara me di cuenta de que me habían sacado la tarjeta y la batería", relata.

El hombre sufrió contusiones en el pecho y la cabeza, además de tener inflamación en las piernas y ayer tuvo que regresar a urgencias, donde le atendieron de nuevo por el dolor que le provocaban las lesiones y le realizaron una radiografía para descartar roturas.

"Yo estoy de acuerdo en que los perros tengan espacios, pero los dueños no respetan los límites ni acceden por donde el Concello les ha marcado el paso. Y ya ha habido follones. Estas playas son familiares y vienen muchos niños, y además cuando sube la marea apenas queda una franja de arena. Hubiese sido mejor que dejasen pasar a los perros a la zona de la desembocadura del Lagares pero en el lado de Samil. Ahí va poca gente y además tiene un parking", plantea.

El presidente de la Asociación de Vecinos de Coruxo, Emilio Pérez, también muestra su desacuerdo con la decisión del Concello. "Ya preveíamos que podía haber problemas. Son playas muy familiares y no se cumplen las zonas acotadas. Primero nos pusieron la depuradora y ahora nos traen a los perros", reprocha.

En Vigo hay censados unos 32.000 canes y los propietarios reclamaban desde hace tiempo poder llevarlos a la playa en verano. A principios de mayo y tras obtener el visto bueno de Costas, el Concello anunció el libre acceso para mascotas en A Calzoa y Foz desde el 1 de junio hasta el 30 de septiembre, periodo durante el que lo tenían prohibido hasta ahora.

Los accesos y las zonas para los animales están marcadas con carteles y vallas. En total, los dos arenales suman unos 475 metros de longitud.