Hace casi cuatro años de la caída que dañó la médula espinal de Simón González, provocándole una paraplejía. Ahora, tres días a la semana, el trece veces campeón del mundo de kick boxing ve como sus piernas se flexionan y vuelven a caminar. Es una ilusión. Mediante unas gafas de realidad virtual, que reproducen a la perfección la sala en la que se encuentra y unas extremidades vestidas como las suyas, tratan de engañar al cerebro para que crea que su cuerpo se está moviendo. El objetivo es despertar unas neuronas llamadas espejo y que, por repetición, estas contribuyan a reparar el tejido nervioso dañado.
Es el método Foren. Fue creado por la doctora Rosario Ortín en colaboración con la empresa The VRain y, a finales del año pasado, recibió el premio "Halo Award" -por delante de Microsoft o National Geographic- al mejor trabajo de aplicación de la realidad virtual en el campo de las neurociencias. La terapia llegó hace dos meses a Vigo de la mano del neurocirujano José Manuel Otero Vich, de la clínica Arthros. Simón es uno de los primeros en probarlo.
Está indicado para pacientes que tienen restringida de forma importante su capacidad de movimiento debido a enfermedades neurológicas. Incluye desde las degenerativas -como la esclerosis múltiple, la esclerosis lateral amiotrófica o el párkinson- y las secuelas del ictus -los pacientes con los que el método obtiene más progresos-, hasta las lesiones medulares. Estos son los casos más desagradecidos, aunque el doctor Otero Vich resalta que ha visto "a un parapléjico con andador" con esta terapia. Advierte, sin embargo, que son "tratamientos muy largos" y que "no es la Virgen de Lourdes". Es "una herramienta más" para la rehabilitación, "mucho más motivadora" y "moderna", que agiliza el proceso. "Es un método positivo, pero no se pueden infundir falsas esperanzas, hay que ir con pies de plomo", subraya.
¿Cómo funciona? La clave son las neuronas espejo, unas células nerviosas que se conocen desde hace poco más de dos décadas y que le supuso a Giacomo Rizzolatti el Premio Príncipe de Asturias en 2011. Este científico italiano descubrió que, cuando uno de los primates que tenía en estudio -con electrodos en el cráneo- cogía un plátano, se desencadenaba actividad eléctrica en una zona concreta de su cerebro y esta era la misma que se activaba cuando el mono veía a alguien hacer lo mismo. Esta red neuronal está en lo más recóndito del cerebro y es la responsable del contagio de la risa o los bostezos.
Usando unas gafas de realidad virtual, la terapia busca convencer al cerebro de una persona de que, por ejemplo, su pierna se está flexionando sola. Al mismo tiempo, un terapeuta moviliza la extremidad del paciente replicando la acción y estimulando los músculos con electroestimulación. La reiteración sincronizada de los estímulos contribuirán a que el tejido nervioso dañado se vaya recuperando para mejorar la capacidad motora y sensitiva. "Las neuronas espejo ven cómo se mueve esa pierna y, a base de repetir, le dan la mano a las neuronas patológicas hasta que las rehabilita", explica el doctor Otero Vich.
Simón practica estas ilusiones lunes, miércoles y viernes. Pero no es un iluso. No espera volver a caminar solo con este método. "La lesión es la que es", apunta. Es de nivel A, las más graves. El accidente no llegó a cortar completamente ese cordón transmisor de los impulsos nerviosos del cuerpo, que es la médula, pero casi. "Los pocos cables que se mantienen conectados están funcionando", sostiene. Lo hacen por el empeño de este campeón en rehabilitarse. Con una voluntad de hierro, se ejercita todos los días de la semana -cuando no va a neurorehabilitación, va a la piscina- para recuperar el máximo de movilidad que le permita la lesión.
Uno de sus objetivos es mantenerse en forma para cuando estén disponibles las terapias en las que tiene puestas sus esperanzas de volver a caminar: las que usan células madre para regenerar la médula y que hoy aún son experimentales.
El otro objetivo es ganar algo de calidad de vida. El simple hecho de poder girarse en la cama, cuando está incómodo, sin tener que incorporarse, coger las piernas y moverlas, "parece una tontería, pero descubres que no los es cuando te pasa". Ya es capaz de hacerlo gracias al movimiento que ha logrado recobrar. Mueve las articulaciones de la cadera y hace extensiones de cuádriceps. En la piscina, con la flotabilidad, es capaz de subir las piernas.
Cree que puede estar cerca del límite de lo que puede recuperar, pero seguirá ejercitándose para mantenerlo y ha encontrado en el método Foren un sistema que le "aporta mucho". "Crees que estás moviendo las piernas, te hace pensar en que algún día lo conseguirás y da mucha fuerza", describe y defiende: "La mente es muy poderosa".
José Manuel Otero Vich - Neurocirujano de Arthros
"Las neuronas espejo ven moverse a la pierna y, a base de repetir, rehabilita el tejido"
